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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar
UNA DE LAS PILATUNAS
DE “MOCHO VIEJO”
Fotografía de hace 25 años, el de la izquier-
da es Raúl Espinosa Caballero, un hombre de
Cogua Cundinamarca, uno de los decanos de
la promoción de mercadeo y publicidad en Co-
lombia. Afectuosamente siempre lo he conoci-
do como “mocho viejo”, así como lo ve en la
foto, así es el, jovial y buen amigo, además de
buen colega en nuestra profesión de periodis-
tas y locutores empresariales o promotores de
ventas y publicidad.
El del centro soy yo, su escritor favorito y en
el extremo derecho de la foto, Henry Camro,
empresario y gerente de la emisora Bacata es-
téreo en Funza. Con “mochito” viejo, como me
dirijo a él con todo el respeto y cariño que le
tengo. Fueron muchas las aventuras y anécdo-
tas de todo tipo que, durante estos 40 años de
colegaje y amistad, hemos tenido.
He querido contarles en este capítulo, una de las pilatunas de “mocho viejo”, para mí,
una de las más impactantes en nuestra larga carrera profesional. Pero qué tal si antes
de empezar, nos comemos un ajiaco santafereño con porción de arroz y aguacate y
que la presa de pollo sea una pechuga, de sobremesa, una deliciosa y espumosa Andi-
na…? Ahh…! Que ricooo…! Bueno, ahora sí, a lo que vinimos, vamos…!
Un domingo, después de una verbena popular en el parque principal de Pacho, en
la celebración del festival de la naranja, y después de haber trabajado hasta las 4 de
la mañana, fuimos llegando todos los promotores o locutores empresariales (como los
bautice yo), de las diferentes empresas comerciales que, durante 4 días atrás, venía-
mos participando del evento. Eran las 9 de la mañana, organizamos un desayuno des-
enguayabador, lo hicimos en el bar y estadero “El Turista”, ubicado en la esquina del
parque principal, al frente de la “Chihuahua”, taberna de Gonzalo Rodríguez Gacha, “El
Mexicano”, nos sentamos a disfrutar.
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