Page 369 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González


                                     ACCIDENTE EN SASAIMA


                                                 CUNDINAMARCA





               Corría el año de 1995, como dirían los historiadores, trabajaba como contratista de
            Bavaria con un grupo de apoyo al contratista mayor en Villeta, el señor Jairo Sánchez,
            gerente propietario de Jasaca S.A. En el lanzamiento al mercado nacional de cerveza
            Costeña, competencia directa de cerveza Leona (nada que hacer con nosotros), de
            la organización Ardila Lülle. Yo comandaba el grupo de trabajo (el burro por delante),
            y tenía a mis socios, Jaime Daza, Luis Barrera y dos auxiliares en carretera. Nuestra
            función básica era la renovación de publicidad P.O.P, espejos con el  logo de Coste-
            ña, flanchers, tackers, destapadores de muro y de mano, etc. Y cuando nos quedara
            tiempo, la organización  y  coordinación  de los eventos de lanzamiento del producto
            Costeña, además, debíamos realizar el montaje y desarrollo de las verbenas populares,
            degustaciones del producto, desfiles populares, etc.  Como ven, poco trabajo teníamos,
            laborábamos casi las 24 horas del día, pero la franquicia de Jasaca S.A. pagaba bien,
            por lo tanto, Bavaria estaba contenta con este equipo de trabajo.


               En una tarde cualquiera, me dio por visitar a mi comadre, la tía de José Rodríguez, el
            hijo de un compañero de ventas en Coca-Cola y yo serví como padrino de bautizo del
            chino, mucha gente decía que mi comadre y yo, éramos los papas del chino, pero la
            realidad, cuando quieran estimados lectores, se las cuento, porque también, como todo
            lo que está escrito en este libro, es chévere, por lo pronto, sigamos con este retrato.


               Mi comadre vivía en Sasaima Cundinamarca, población distante que se encuentra a
            45 minutos de Villeta. Llegue con todo el grupo de trabajo a eso de las 6 de la tarde,
            gracias a Dios, cuando yo llegaba a esa casa, a la hora que fuera y con quien llegara,
            siempre era bien recibido, ya que según Marina, mi comadre, mis amigos eran amigos
            de ella, y bendito sea Dios, así ha pasado hace más de 30 años, con el cariño, el afec-
            to y la amistad que me profesa mi comadre, mi visita la vuelve una fiesta en su casa,
            me brinda gallina, huesos de marrano, papa, ají, yuca, música, chucu-chucu, cerveza,
            aguardiente néctar y ron santa fe añejo, que sabe que me fascinan. Esa noche no sé
            qué pasó, pero el grupo de trabajo, los hermanos y los vecinos de mi comadre, conge-
            niaron y prendieron la fiesta.


               Yo no quería quedarme, ni tampoco quería beber ni rumbear, como cosa rara, todos
            dijeron: “Algo le pasa a Jorge, algo le va a pasar, él no es así”, y así fue, me pasó,
            llame aparte a mi comadre y le dije: “Comadrita, por favor acompáñeme a conseguir
            hotel en el pueblo y le recomiendo a mi gente, ya que mañana debemos continuar
            nuestro trabajo desde las 6 de la mañana, no me despido de nadie porque empie-
            zan a vaciarme y hoy yo no quiero rumbear, ni yo sé por qué, pero me retiro”, y
            así lo hice.



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