Page 122 - LIBRO ERNESTO
P. 122
Ernesto Guerra Galarza
El día que le entregaban las armas al entrar a cuarto curso, mi papá
fue en mi representación, porque otra vez mi trabajo en el fútbol
me impedía asistir a un momento tan especial. Tomó la rama de
Caballería. Ganó algunos concursos y siempre demostró que la
carrera le encantaba. También se graduó de paracaidista y al recibirse
de Oficial le destinaron al reparto militar en la provincia de El Oro.
Ahí se produjo el primer conflicto con el Perú. Lo trajeron a Quito, lo
equiparon y se marchó a defender el territorio patrio.
En el segundo conflicto, el que se produjo en el Cenepa que fue más
grave, ya estaba casado. Me entregó a mis nietos y a su mujer, me dijo
que confiaba ciegamente en mi y se marchó otra vez a la frontera.
Fue un tremendo impacto para toda la familia, porque la guerra no
es ninguna broma. Ese fue uno de los momentos más emotivos y
preocupantes de mi vida. Ernesto respondió fielmente a su vocación
de militar. Cumplió su deber sin sacarle el cuerpo a la responsabilidad.
Sin buscar ningún tipo de excusas.
Fue al frente de batalla y Dios qui-
so que regrese sano y salvo. Des-
pués, ya con el grado de Teniente
fue integrado al equipo de seguri-
dad en la Presidencia de la Repú-
blica. Luego, decidió retirarse de
las Fuerzas Armadas, porque su
sueldo no le abastecía para soste-
ner a sus dos hijos.
El suegro era propietario de cama-
roneras en El Oro y así se integró
a la vida empresarial. Luego entró
en la rama de los combustibles.
En el ejército realizó el curso so-
bre abastecimiento. Yo compré la
primera estación de expendio de
Ernesto Jr. en sus prácticas militares. Posa en combustibles que funciona en la
el centro junto a sus compañeros de armas. Avenida América y Villalengua y
122