Page 207 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 9
en quinto puesto. Aucas me volvió a llamar en 1989 y la historia no
registra relieves importantes. No siempre es posible caminar por el
sendero del éxito. No hay técnico en el mundo que todos los años
deguste las mieles de la gloria. Son períodos de gracia.
1990 me pescó otra vez en el comando de Filanbanco, que funcionaba
bajo la guía de Miguel Baduy, pero que ya no era la misma institución
poderosa que había alentado el desaparecido Nahím Isaías. Al final de
esa temporada decidieron liquidar al club y le cedieron los derechos a
Carlos Berni, que era propietario del Valdéz Sporting Club de Milagro.
Le entregaron todo: cancha, implementos y jugadores, pero con la
condición que yo sea el director técnico. Me encomendaron la misión de
salvaguardar el material humano, que había demandado una millonaria
inversión. Buscaban evitar que se festinen los activos de la institución.
Acepté la propuesta en ese 1991. El arreglo económico lo suscribí
con Filanbanco, más no con Carlos Berni, el dueño del Valdéz y
rápidamente convertí al estadio Chirijos de Milagro en un auténtico
fortín. En nuestra cancha no nos ganó nadie y afuera arrancamos
puntos importantes. La campaña fue extraordinaria y llegamos a un
partido decisivo ante Barcelona. En el transcurso de esa semana crucial
se produjeron varios hechos insólitos.
Dirigió a Valdéz en 1991 y una 'Mano negra' le arrebató el título, tras una brillante campaña.
Memorias de un triunfador 207