Page 230 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
a los torneos más importantes, lo cual me llena de profundo orgullo,
porque mi aporte fue valorado. Al regreso de la cobertura de la Copa
América de Argentina en 2011 decidi retirarme.
Siempre realicé mi trabajo en vivo. Me revistí de equilibrio, sin mostrar
preferencia por ningún equipo. Guardé mis afectos en el corazón y
siempre traté de encauzarme por el camino de la verdad. Tengo la suerte
de ver bien el fútbol. Siempre supe verlo bien. Valoré las virtudes sin
pasión y apelé a mi experiencia en el balompié para emitir opiniones
que no lastimen y peor que sean injustas. En mi vida, tuve la opción de
escuchar a grandes personalidades del micrófono que me ayudaron a
encontrar el camino.
Y tengo que citar el profesionalismo y la capacidad de Carlos Sandoval,
un gran periodista y mejor persona. Un hombre serio, responsable, igual
que Marcel Rivas y su hijo, Mauricio Rivas que me acogieron por largo
tiempo y me extendieron su total respaldo. Pero no me puedo olvidar
de los obreros ocultos, de los personajes anónimos que tiene la radio, de
los sonidistas, de los técnicos, de los que llevan los equipos. Son gente
muy querida con la que trabé una linda amistad. Es otro mundo. Fue
una experiencia maravillosa, otro regalo del fútbol. En los medios de
comunicación cerré el anillo. Completé el abecedario. No quedó nada
pendiente y esa fortuna no se puede pagar con nada del mundo.
Con Carlos Sandoval compartió incontables viajes y miles de programas. Es su amigo querido.
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