Page 244 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
sabían claramente cuales eran sus obligaciones y sus derechos. Les
cantaba con claridad desde el día que firmaban sus contratos.
Exigía máxima respuesta, si el club cumplía con todas las demandas. El
éxito viene como producto del esfuerzo y sin olvidar ningún detalle. El
jugo de manzana, era solamente eso: jugo de manzana y nada más. Lo
probaron los análisis científicos hasta la saciedad. Otra vez les gané por
KO a los agentes del mal.
Aparte, siempre tuve el respaldo maravilloso de mi esposa. Luz
América supo entenderme, les entregó a mis hijos todo su sacrificio
para suplir mi ausencia por motivos laborales. Vigiló su educación, su
alimentación, su vestuario, les regaló su vida y los guió a buen puerto.
Los convirtió en seres humanos de profundos principios y todos se
recibieron como profesionales.
Fue mi mano derecha. La ‘media naranja’ apropiada y a la medida.
Alentó a muerte mi superación. Fue otro regalo maravilloso que me
hizo Dios. Con ese apoyo irrestricto me trepé en la cresta de la ola y no
me bajé nunca más.
Mi GRAn AMiGO, EL pERiOdiSMO
He cosechado alegrías, tristezas, amigos, rivales, enemigos y detractores
venenosos. Es la gama de sensaciones que rodea la vida de los personajes
públicos. Y yo fui uno de ellos, a través de mi carrera en el fútbol. Pero
son más las buenas vibras que recibo cuando transito por cualquier
lugar del país. Los viejos hinchas del fútbol me reconocen y alguna
parte de las nuevas generaciones también.
Ese reconocimiento se lo debo al periodismo. A los diferentes medios
escritos, a los periódicos y revistas, a las estaciones de televisión y sobre
todo a la radio que fue el termómetro para saber, escuchar, gozar y
sufrir con los partidos de fútbol.
Mis recuerdos en la radio apuntan al ingeniero Oswaldo Núñez
Moreno, que está registrado como el primer narrador de fútbol en
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