Page 242 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
Me encantaba preparar a los arqueros. Me especialicé en esa hermosa
tarea. Los mataba a pelotazos, vivían en el piso, pero la elasticidad, los
reflejos y la capacidad de reacción que alcanzaban era notable. Tuve
a grandes goleros en mis manos. A Ricardo Bernabé Romera que le
puse como un papelito, disminuyendo su peso en 40 libras. A Lucho
Aguerre, que era una fiera trabajando. Y en Nacional, al ‘Bacán’
Delgado, que habría sido un fenómeno si no se metía en las luces
de la noche y en el humo de los cabarets. Y no me olvido de Milton
Rodríguez, un arquero de enorme estatura, que parecía un pulpo.
Analizaba minuciosamente a los rivales, a los árbitros que dirigían los
partidos, porque no a todos se les podía hablar de la misma manera.
Algunos aceptaban y permitían que los ‘boquillen’. Otros saltaban al
primer desliz verbal y eran muy estrictos.
Eso lo aprendí desde mis tiempos de jugador. En esa época algunos
referís se dejaban presionar y otros eran bien parados. Lo supe yo, que
era gritón y me entregaron la capitanía del equipo, lo que se suponía
me otorgaba mayor autoridad dentro del grupo, lo cual no era verdad.
De ese tiempo tengo una anécdota. Hace referencia a Wenceslao
Espinoza, que era uno de los pocos mosqueteros valientes que se atrevía
a dirigir los partidos. “Mano, foul u offside”, le gritaba indistintamente
a voz en cuello y Espinoza, en tono tranquilo me pedía casi en tono
de súplica: “Déjeme pitar señor Guerra”. “Te estoy ayudando”, le
contestaba picándome de vivo y la verdad, Wenceslao aflojaba la mano
y hacía caso de mis ‘atrevidas sugerencias’.
Regresando a mi perfil de trabajo como técnico, en persona vigilaba
los sitios de concentración para que no les falte nada a los jugadores.
Realizaba visitas domiciliarias desde el miércoles para adelante.
Aparecía en cualquier casa sin previo aviso y a cualquier hora. Pero
no era con el afán exclusivo de convertirme en ‘espía’ de los jugadores.
Analizaba como vivían, en que forma se alimentaban y si tenían
carencias, solicitaba a la gerencia del club que solucione los problemas
inmediatamente. Era un trabajo en equipo conjuntamente con los
miembros de la Comisión de Fútbol.
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