Page 13 - Mikorey, Max - Judaismo y criminalidad
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juramento por Adone (el dios judío) y que eran torturados con el propósito de
endurecerlos. Esta afirmación, de que las bandas, de ladrones se preparaban para el
"interrogatorio penoso" a través de la aplicación de instrumentos de tortura, se reitera
constantemente. Se encuentra también en la Actenmässigen Designation derer von
einer Diebischen Judenbande verübten Kirchenräubereien und mörderischen
Einbrüche(12) y en la Beschreibung Derer Berüchtigten Jüdischen Diebs-Mörder, und
Rauber-Banden, welche seither geraumen Jahren hin und wieder im Reich viele
gewaltsame Beraubungen, Mordthaten und Diebstähle begangen haben vornehmlich
hiesigen Hochfürstlichen, sodann auch denen umliegenden Churfürstlichen,
Gräflichen und Ritterschaftlichen Landen desgleichen verschiedenen Reichs und
Hansen-Städten samt allen deren Criminalgerichten bey vorkommenden Fällen zum
nützlichen Gebrauch (13), por J.J. Bierbrauer, Cassel,1758. En este último escrito se
recomienda, por lo tanto, dejar a un lado los otros instrumentos de tortura y propinar
una buena golpiza a los judíos, "porque un judío no puede soportar tal inesperado
dolor en praesentem et vehementen de recios golpes, cuya duración y repetición
desconoce, para la tortura, empero de la que sabe que dura sólo una hora esta infame
canalla ya se ha hecho a la idea de antemano, y como entre ellos a veces sucede,
preparado por medio de la verdadera aplicación de los instrumentos de tortura".
Ambos escritos traen una enumeración de conocidos hurtos y de los bandidos que
tuvieron parte en ellos. La Actenmässige Designation, publicada en 1734-1735,
reseña los procesos contra los judíos Hoyum Moyses, Joseph Samuel y Mendel Carbe
y de los 81 bandidos que menciona, más de 60 son judíos, todos los cuales
participaron en cientos de asaltos. Hay que hacer notar que incluso intervinieron en
los robos y en el encubrimiento, cantores de sinagogas. Entre éstos habían adquirido
muy mala fama los judíos Meyer Sprengling, Löw Ascenas, Laus Löwge, Selig
Meschumed, Mordje Pollak, Nathan Mainzer, Böhmisch Seelig, Hertz
Taschenspieler, Schimma Unterbux y Schmul zu Abteroda.
En el gran proceso de Coburg de 1758, se hallaban implicados nada menos que 362
judíos. La descripción de Bierbrauer contiene y en ello reside su valor criminalístico
un resumen de las distintas clases y variaciones de los crímenes judíos. Lo que hace a
esto tan interesante es que hasta mediados del siglo 19, aun podemos comprobarlas
como aproximadamente acertadas. Por eso le dedicaremos un espacio algo mayor. El
autor conoce perfectamente a los judíos: "Ningún pueblo hay bajo el sol que busque
más afanosamente y se preocupe más provechosamente de propio beneficio que el
judío... La mayoría de ellos se dedican por ello al chalaneo y a la usura, y al respecto
saben defender en todo momento sus intereses por medio de toda clase de intrigas
sutiles, en forma cautelosa y magistral, que ningún goy que entra en relaciones con
ellos se salva de ser desplumado (o al modo de decir judío, ohnbenappt)".
J.J. Bierbrauer describe luego el motivo de estos robos y lo halla en que "tal como
ellos y todos los otros judíos dedicados al robo y al hurto afirman porfiadamente que
los bienes de todo el mundo pertenecen a la simiente de Abraham por consiguiente