Page 77 - Bochaca Oriol, Joaquín Democracia show
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que el señor Jayaprakash Narayan que se hallaba convaleciente en su cama, y acababa de
                  enterarse de su propia muerte.
                  Lo lamento muchísimo, dijo, más tarde, el Primer Ministro. Parece ser que la información procedía
                  del propio director de los Servicios de Contraespionaje, uno de cuyos agentes vio cómo sacaban,
                  subrepticiamente, un cadáver del hospital (128).

                  Y es que hasta los super-inteligentes miembros de los llamados Servicios de Inteligencia se
                  equivocan, a veces.    Pero ninguno como Mr. R.E. De Bruyeker al que no dudamos en otorgar el
                  título de peor espía de la Historia. Ese diplomático belga, que espiaba en favor de la Unión
                  Soviética, penetró en las oficinas de la base de la O.T.A.N. en Agnano, cerca de Nápoles, en 1976,
                  dispuesto a reproducir, en microfilm, unos documentos calificados como top secret.    Pero, sobre la
                  marcha, se lo pensó mejor y decidió llevarse los documentos, mas como nadie es perfecto, y
                  decididamente no puede uno pensar en todo, se dejó olvidada, encima de la mesa, la
                  micro-cámara.    Pero su golpe maestro consistió en olvidar, igualmente, y en lugar bien visible, su
                  cartera de documentos en la que los perplejos agentes de seguridad encontraron no solamente un
                  martillo, una lima, una biblia protestante y un ejemplar de la revista frívola Playboy sino también
                  una agenda en la que había anotado todos sus movimientos previstos, antes y después del golpe,
                  así como el número de teléfono de su contacto soviético. Fue detenido al cabo de diez minutos en
                  su domicilio, mientras se preparaba una taza de té. (129) Siempre he sido muy olvidadizo,
                  manifestó a la prensa.

                  Mala suerte tuvo Mr. de Bruyeker, al ir a caer en tan tremendos olvidos en momentos tan decisivos
                  de su vida. El hombre, se ha dicho, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
                  No le sucedió esto al presidente norteamericano Gerald Ford, que siempre tropezaba en piedras -y
                  en lugares- diferentes. Durante su época presidencial le fueron homologadas seis caídas en
                  público, lo que supone un récord mundial que creemos tardará en ser superado. Una de tales
                  caídas, además, fue adornada con el acompañamiento de uno de sus guardaespaldas que, al
                  intentar sostenerle, fue arrastrado en el descenso hacia el suelo, junto con el presidente y el
                  paraguas. El Autor recuerda haber contemplado, en directo, desde la Televisión Canadiense, una
                  de las frecuentes caídas de Gerald Ford quien, al levantarse, azorado, mientras se ajustaba el
                  nudo de la corbata, ilustró al mundo con una explicación, ciertamente superflua I have just fallen
                  (Acabo de caerme).
                  Hubo quien asoció las frecuentes caídas del presidente Gerald Ford con una falta de reflejos
                  provocada por las dos conmociones cerebrales que sufrió jugando al fútbol americano en la
                  universidad. Es posible que ello fuera también la causa de sus tartamudeos y de sus frases
                  sincopadas. Chesterton decía que hablar bien es pensar bien.    Recíprocamente, cabe deducir con
                  rigor lógico que hablar mal es pensar mal. En todo aso, he aquí una puntualización histórica Ford
                  fue el primer presidente americano que se presentó a una reelección y fue batido. Y su vencedor,
                  Jimmy Carter, no era, precisamente, un genio del pensamiento humano.









                  MITOS HISTÓRICOS


                  Se ha. definido el mito como una fábula o ficción alegórica. Vivimos en una época en que la
                  idiotización general propiciada .por los llamados mass media ha engendrado el descrédito de la
                  realidad. Se toman por verdades pontificales hechos, circunstancias y situaciones totalmente
                  falsas. Así sucede en la Historia de los hombres. Y en la Política. E incluso en la Geografía. Pero
                  esto también ocurrió en el pasado. Hubo casos realmente curiosos y aleccionadores. Groenlandia,
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