Page 130 - Pacto de silencio
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técnico del Plan Nacional para el Síndrome Tóxico que dictaminaba qué pacientes
           eran  efectivamente  afectados  del  síndrome  tóxico  y  cuáles  no  lo  eran,  que
           adicionalmente está citado a Juicio en calidad de perito, y que por ende tiene a toda

           su familia afectada por la repetida intoxicación, me comentaría su propia experiencia:

                 «Yo  me  hallaba  haciendo  unas  suplencias  en  Marbella,  cuando  me  llamaron
                 diciendo que habían ingresado a mi mujer y a un niño en el hospital Total que
                 cojo el avión, me vengo para acá y, efectivamente, ella que estaba embarazada
                 de ocho meses, estaba ingresada en la UVI con una insuficiencia respiratoria y

                 un cuadro que era el del síndrome tóxico. El niño mayor, pues le habían hecho
                 unas radiografías y tenía también cuadro de síndrome tóxico con el aumento de
                 eosinófilos y tal. A los cinco días mi suegra ingresa también, dos días después
                 mi suegro, tres días después mi cuñado… y me quedo yo solo en casa sin saber

                 de qué viene estoy alimentándome y comiendo allí en casa. Total, me explicaría
                 el Dr. Corralero que él, que jamás quedó afectado por el síndrome, fue el único
                 que seguía consumiendo el supuesto aceite tóxico puesto que era el único que
                 permanecía en casa y puesto que él no compró ningún aceite distinto. Todos los

                 demás —precisamente los afectados por el síndrome— dejaron de consumirlo
                 como es natural en cuanto ingresaron en el hospital. Dándole vueltas al asunto
                 —no demasiadas, que la cosa no está nada complicada— uno se da cuenta de
                 que lo que envenenó a sus familiares es algo que ellos ingirieron anteriormente,

                 y que él mismo no ingirió. Y que este algo no podía ser el aceite.»


               Insistiendo en el tema me comentó luego que por ejemplo en el libro azul (así se
           conoce,  por  el  color  de  sus  tapas,  la  recopilación  de  trabajos  presentados  al
           Simposium Nacional sobre el Síndrome Tóxico, celebrado en Madrid los días 11 y 12
           de junio de 1982, recopilación publicada por el Ministerio de Sanidad y Consumo)

           podían leerse «cosas tan peregrinas como la encuesta de Pozuelo de Alarcón, en la
           cual  se  dice  que  cuanto  más  aceite  tomas,  menos  riesgo  de  coger  la  enfermedad
           tienes; precisamente por lo que te he explicado antes de los que se quedan en casa
           mientras el resto de la familia está ingresada…».

               En efecto, en el libro azul, J. Andrés, A. Segura y J. Oñorbe concluyen su estudio
           Epidemiología causal del síndrome tóxico (efectuado sobre población sana y enferma
           en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón) afirmando lo siguiente:

                 «El  estudio  de  los  factores  que  pueden  favorecer  la  afectación  es  de  difícil
                 interpretación. Así, los resultados indican que el índice de afectación familiar

                 disminuye  cuando  el  índice  de  consumo  individual,  el  consumo  individual  de
                 aceite crudo y el consumo individual de aceite frito aumentan. Por otra parte,
                 los  coeficientes  de  correlación  entre  el  índice  de  consumo  individual,  el

                 consumo individual de aceite crudo y el consumo individual de aceite frito, así
                 como  los  correspondientes  coeficientes  de  correlación  parcial,  se  observan




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