Page 41 - Pacto de silencio
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El Dr. Antonio Muro Aceña me confirmaría el ingreso de soldados afectados por
           el síndrome: «También hubo soldados españoles ingresados en el Hospital del Aire,
           de allí en Torrejón que también estaban intoxicados; porque todos nosotros estábamos
           estudiando allí, y allí había enfermos del síndrome tóxico, soldados ingresados allí».

               Dentro  del  anecdotario  militar  norteamericano  relacionado  con  el  síndrome
           tóxico, el mismo ex-jefe de Sanidad de Torrejón me comentó que «en los primeros
           días  llegó  un  tal  Payne,  un  hombre  que  a  mí  me  extrañó,  puesto  que  o  era  muy
           americano o no era médico —es lo que pensamos en aquellos primeros días— puesto

           que se puso una bata, que le dimos en el Hospital del Rey, al revés; y su obsesión
           nada más llegar al hospital era saber si teníamos microscopios electrónicos, y una vez
           que vio que no había microscopios electrónicos, se quedó más tranquilo. Y ésa fue su
           única  información.  Le  vi  una  vez  en  una  reunión  en  el  Ministerio  en  los  siete

           primeros  días,  y  ya  desapareció.  Nunca  más  se  supo  de  él.  Llegué  a  escuchar  en
           algunos  ambientes  del  Ministerio  que  era  un  hombre  que  estaba  destinado  en  la
           OTAN en Italia —creo recordar que en una base americana en Palermo—, y que se
           había  desplazado  hasta  aquí  a  raíz  de  los  acontecimientos  del  síndrome  tóxico.

           Luego, aquel hombre no solamente no hizo nada por todo esto, sino que me pareció
           ya  que  había  un  cierto  ocultismo  y  un  secretismo,  por  el  hecho  de  que  ante  una
           afectación  de  un  síndrome  tóxico,  de  una  epidemia  nueva,  apareciera  allí  de
           inmediato un americano».

               Para finalizar, quiero dejar constancia de la sorprendente realidad de que cuando
           el síndrome tóxico —sin estar resuelto ni muchísimo menos— deja ya de ser un tema
           de importancia para las autoridades españolas, lo sigue siendo de forma prioritaria
           para las de los Estados Unidos. Esto sólo ya es un escándalo en sí mismo. ¿Es que los

           americanos  querían  aparentar  en  su  país  el  sistema  de  desnaturalización  y
           re-naturalización de aceite de colza que habían aplicado quienes hoy se sientan en el
           banquillo de la Casa de Campo? Que nadie se engañe: más bien estaban al corriente

           desde el principio de lo que realmente aconteció aquí en la primavera de 1981. El
           detalle que cito aparece textualmente en la hoja 4.ª del Acta de la sesión del 17 de
           noviembre  de  1983  del  Pleno  de  la  Subcomisión  de  investigación  Clínica  de  la
           Comisión Unificada de investigación, integrada en el Plan Nacional para el Síndrome
           Tóxico  dependiente  de  la  Presidencia  del  Gobierno.  Citando  una  intervención  del

           Dr. Manual Posada de la Paz puede leerse allí: «A continuación expuso la relación de
           trabajos que se van a enviar para ver si pueden ser subvencionados por la vía del
           Convenio Hispano-Americano. Dicho convenio está basado en un dinero que Estados

           Unidos  paga  al  Gobierno  Español  por  las  bases  americanas,  que  se  invierte  en
           proyectos  de  investigación  conjuntos  para  ambos  países.  Hace  un  año  el  SAT
           (síndrome del aceite tóxico) era un tema prioritario para los dos países, pero en el
           momento  actual  no  lo  es  para  España  aunque  los  americanos  siguen  muy
           interesados.». El Dr. Luis Frontela Carreras, catedrático de Medicina Legal y director

           del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Universidad de Sevilla, me



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