Page 95 - Pacto de silencio
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no me quedaba satisfecho con todo lo debatido en la Clave, y por eso propuse lo del
           canje.  Porque  la  gente  que  consumía  estos  aceites  era  de  medios  económicos
           precarios  y  les  iba  a  costar  desprenderse  de  las  garrafas».  ¿Cabe  pensar  que  el
           Gobierno no puso en marcha inmediatos dispositivos de recogida del aceite, por el

           hecho  de  que  en  el  fondo  ya  sabía  que  ahí  no  estaba  el  tóxico  que  causaba  el
           envenenamiento?
               Y el testimonio del entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid Francisco Pía,
           recogido por Luisa Villar Liébana y Miguel A. Sánchez en su ya citado libro-informe

           ¿La  colza…  o  qué?  (Editorial  Popular,  Madrid,  1982):  «Yo  soy  testigo  de  que  el
           Ministerio ha bloqueado alguna línea de investigación, precisamente la que después
           resultó ser la más adecuada. Que el veinte de mayo ya había una base para que el
           Ministerio hubiera emprendido la investigación por vía digestiva, puesto que hasta

           entonces ni se lo había planteado, Me baso para decir esto en dos hechos claves:

                 »El primero es que, en una reunión que tuvimos en el Ministerio, yo escuché por
                 primera vez el planteamiento de que la causa de la enfermedad podía venir por
                 vía digestiva. Esto lo planteó el doctor Urbistondo, señalando que los estudios

                 que ellos estaban realizando con los afectados y familiares en el Hospital del
                 Rey, les inducía a pensar que la enfermedad podía tener un origen digestivo por
                 ingestión  de  algún  alimento  adulterado.  Recuerdo  que  el  equipo  de  médicos
                 ministerial  negó  categóricamente  esta  posibilidad  diciendo  que  era  una

                 tontería,  porque  estaba  sobradamente  demostrado  que  se  trataba  de  una
                 enfermedad que se transmitía por vía respiratoria. Incluso nos enseñaron más
                 fotografías procedentes de los exámenes anatomopatológicos, en las que en su
                 opinión, eran perceptibles los mycoplasmas, es decir, lo que luego el ministro

                 Sancho Rof transformó en su famoso “bichito”.
                 »El  segundo  punto  en  que  me  baso  para  decir  que  el  Ministerio  sesgó  la
                 posibilidad de investigar en la linea acertada, es el hecho de que el Dr. Muro
                 vino a verme a mi despacho, y me planteó la posibilidad de que fuera el aceite el

                 causante  de  la  intoxicación.  Esto  era  una  fecha  anterior  al  día  diez.  Lo  que
                 quiero  decir  con  ello,  es  que  había  una  base  para  que  el  Ministerio  hubiera
                 emprendido la investigación por vía digestiva».


               El 26 de junio, el Ministerio de Sanidad anuncia que el aceite tóxico sospechoso
           sería sustituido por aceite de oliva puro a partir del 30 de junio a más tardar.

               El 30 de junio de 1981 comienza efectivamente la «operación canje» del aceite
           presuntamente tóxico que los españoles tenían en sus casas, por aceite puro de oliva.
               El  mismo  día  fue  abierto  el  sumario  del  síndrome  tóxico,  con  un  escueto
           certificado  del  Dr.  Antonio  Borregón  Martínez,  director  del  laboratorio  del  Centro

           Nacional de Alimentación y Nutrición de Majadahonda, en el que se culpaba al aceite
           de colza desnaturalizado con anilina, como causante de la tragedia.





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