Page 107 - El judío internacional
P. 107
contra este miedo, sino que por el contrario, desean que exista. Sustentarlo vivo, bien calculado,
aunque no en la sombra, y utilizarlo convenientemente en caso necesario, es un arte especial, que
los hebreos manejan con maestría. Pero cuando se altera este equilibrio, se conoce de inmediato su
punto flaco. Primeramente se recurre a las amenazas, en la esperanza de poder restaurar dicho
miedo, más, fracasadas aquellas, aparecen inmediatamente las lamentaciones sobre el
“antisemitismo”.
Es extraño que los judíos no vean que, precisamente, la forma mas ruda del antisemitismo se basa
en este miedo, que ellos mismos inoculan plena conciencia a los pueblos. Unicamente de esto
puede nacer un odio cruel contra los judíos. El hombre normalmente moral evita siempre causar
miedo; solo una raza moralmente inferior puede ver algo bueno en ello y aprovecharlo.
Seria un gran paso hacia la solución de la cuestión judía el que la gente se librara de este temor al
judío. Mas este proceso intimo de suprimir el temor es, precisamente, lo que los portavoces y
publicistas hebreos combaten vivamente, llamándolo “antisemitismo”. Nada más falso: es esta
liberación la que con mayor eficacia preserva contra el antisemitismo. Se desarrolla el proceso en
varias etapas: es preciso demostrar primero nítida y ampliamente todo el enorme poderío de los
judíos. Claro es que clamara de inmediato toda la oposición judía, y tanto mas porque no se podrá
probar lo contrario, pero habríamos de insistir en su demostración.
Será entonces necesario explicar en forma las razones de este poderío existente. No puede
apoyarse esa explicación en otro principio que en el de un anhelo israelita por la hegemonía
mundial, o en la existencia de un plan ideado detalladamente, que conduce a la hegemonía.
Explicado el método, ya casi esta vencido el mal. El hebreo nada tiene del superhombre. Es ladino y
perseverante, le permite su ideología hacer muchas cosas normalmente vedadas a otras personas,
mas, en igualdad de condiciones no posee superioridad alguna. El yanqui del Norte le aventaja en
cualquier concepto, pero le obligan las reglas de juego lícito. Cuando llegue la gente a saber por
que medios se logra el poderío, cuando se entere de cómo en los Estados Unidos se acostumbra
asaltar el poder político, no cabe duda que los medios utilizados rasgaran su aureola, haciéndole
aparecer como en realidad es: un “negociante tenebroso”.
Que merezcan crédito o no el método recomendado en los Protocolos sionistas, depende
exclusivamente de ser o no posible su comprobación, su existencia con hechos irrefutables de
nuestros tiempos. Y, efectivamente, teoría y práctica coinciden en absoluto. Para el hebreo, seria
más ventajoso que las huellas no se hallaran ni en un plan escrito, ni en los hechos históricos. Pero
dado que estas huellas existen, procede ilógicamente el judío, al acusar a los demás de una culpa
que solo a él mismo corresponde. En efecto, no constituye prueba contraria ni absolución, denigrar
a aquellos que se limitan a dejar constancia de los hechos. El judío es astuto, pero no tanto como
para borrar completamente las huellas de su proceder. También tiene el judío su lado flaco, desde
el cual es posible ir descubriendo toda la maraña en que vive como pez en el agua, Y ¿temería que
se pusiera de manifiesto su actuación, si lo que se descubre fuera bueno y honroso? El punto
vulnerable de todo el programa consiste precisamente en que es perverso en su totalidad. Por
grandes que fueran los éxitos hebreos, no lo son tanto que la humanidad no pueda evitarlos. Ya se
halla esta dentro de un gran movimiento defensivo, y si aun existieran profetas entre los hebreos,
seria muy conveniente que los mismos señalaran otros rumbos a su pueblo.
La prueba practica de la existencia de un plan mundial judío y el miedo hebreo por su
descubrimiento, significara para la humanidad la eliminación del elemento de inquietud que
representa siempre el judío en el seno de los pueblos entre los cuales vive.
“En un conjunto de Estados Unitarios perfectamen e organizados, no tiene el judío mas que dos
t
probabilidades de éxi o: o derribar los pilares de todo el sistema nacional de los Estados, o fundar
t
uno suyo propio, nuevo... Parece que en Europa oriental el bolcheviquismo y el sionismo pueden
107