Page 50 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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EL ESTADO JUDÍO
         grandes extensiones de tierra para sus necesidades y las nuestras.
         Ella se asegurará la tierra necesaria por medio de la compra centra-
         lizada. Se tratará, principalmente, de la adquisición de los dominios
         pertenecientes a las actuales autoridades supremas del país. El fin es
         llegar a la posesión del territorio del otro lado sin pujar los precios
         hasta las alturas, de la misma manera que de este lado las ventas se
         efectuarán sin recargar los precios. No hay que temer aquí una puja
         desordenada en los precios, puesto que es la Company la que da va-
         lor a la tierra, porque ella dirige la colonización de común acuerdo,
         con la Society of Jews que tiene a su cargo la supervisión. Esta últi-
         ma cuidará también que la empresa no resulte como la del canal de
         Panamá, sino como la del canal de Suez.
            La  Company proporcionará a sus empleados terrenos para
         construcción, bajo condiciones equitativas, les proporcionará crédi-
         tos amortizables para la edificación, en los hermosos lugares de la
         patria y se los descontará de sus sueldos o los considerará, con el
         correr de los días, como aumentos de los mismos. Esto será, junto
         con los honores que les esperan, una forma de recompensar sus
         servicios.
            Toda esta ganancia enorme, proveniente de la especulación con
         las tierras, ha de ser para la Company, que tiene que percibir hono-
         rarios ilimitados por el riesgo que corre, como cualquier empresario
         particular. Cuando hay riesgo en una empresa, las ganancias han de
         ser retribuidas magnánimamente al que lo corre. Pero sólo ha de ad-
         mitirse en tales casos; la moralidad financiera entraña correlación en-
         tre riesgo y recompensa.


         Construcciones


            La Company trocará, pues, casas y propiedades; ella debe ga-
         nar y ganará en los terrenos. Esto resulta claro para todo aquel
         que haya observado, en alguna parte y en algún tiempo, el alza de
         los  precios de los terrenos debida a la urbanización de los mis-
         mos. Donde mejor se puede observar es en las hijuelas de la ciu-
         dad y del campo. Extensiones abandonadas suben de valor gracias
         a su vecindad con una zona culta. Una especulación con terrenos,


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