Page 45 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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EL ESTADO JUDÍO
y deliberar con los gobiernos en nombre de los judíos. El poder de la
Society, según una analogía tomada del derecho internacional, es el
de la autoridad capaz de constituir un Estado. Y al declararlo, el Es-
tado ya estaría constituido. Entonces, si los poderes están dispuestos
a conferir al pueblo judío la soberanía de un territorio neutral, la So-
ciety deliberará sobre el país a ser ocupado. Dos países pueden ser
tomados en cuenta; Palestina y Argentina. En ambos países se han
llevado a cabo notables ensayos de colonización según el falso crite-
rio de la infiltración paulatina de los judíos. La infiltración tiene que
acabar mal, pues llega siempre el instante en que el gobierno presio-
nado por la población que se siente amenazada, prohibe la inmigra-
ción de judíos. Por consiguiente, la emigración sólo tiene sentido
cuando se asienta sobre nuestra afianzada soberanía.
La Society of Jews tratará con las actuales autoridades superio-
res del país y bajo el protectorado de las potencias europeas, si el
asunto les resulta claro. Podemos proporcionar enormes beneficios
a las actuales soberanías, responsabilizarnos por una parte de las
deudas del Estado, construir vías de comunicación que nosotros mis-
mos necesitamos y muchas cosas más. Pero, el mero surgimiento del
Estado Judío trae provecho a los países vecinos porque, en grande
como en pequeño, la cultura de un país eleva el valor de los países
que lo rodean.
¿Palestina o Argentina?
¿Cuál elegir: Palestina o Argentina? La Society tomará lo que
se le dé y hacia lo que se incline la opinión general del pueblo ju-
dío. La Society reglamentará ambas cosas. La Argentina es, por
naturaleza, uno de los países más ricos de la tierra, de superficie
inmensa, población escasa y clima moderado. La República Argen-
tina tendría el mayor interés en cedernos una parte de su territo-
rio. La actual infiltración de los judíos los ha disgustado, natural-
mente; habría que explicar a la Argentina la diferencia radical de la
nueva emigración judía.
Palestina es nuestra inolvidable patria histórica. Su solo nombre
sería, para nuestro pueblo, un llamado poderosamente conmovedor.
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