Page 51 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
genial en su sencillez, fue la del ensanche de la ciudad de París,
quienes no construyeron los nuevos edificios junto a las últimas ca-
sas de la ciudad, sino que compraron los terrenos situados en el lí-
mite de la misma y empezaron a edificar en el borde exterior. De-
bido a esta manera de edificar, contraria al orden natural, subió el
valor de los terrenos con rapidez pasmosa y, cuando la zona mar-
ginal estuvo lista, en vez de construir de nuevo las últimas casas,
edificaron solamente en medio de la ciudad, por consiguiente, en
terrenos de más valor.
¿Edificará la Company misma o comisionará la labor a arquitec-
tos particulares? Puede hacer ambas cosas y las hará. Como se echa-
rá de ver pronto, la Company dispone de una enorme provisión de
trabajadores, que no han de ser explotados, como si se tratara de un
capital, y quienes, a pesar de que gozarán de condiciones de vida di-
chosas y serenas, no resultarán caras. Nuestros geólogos ya hallaron
los materiales de construcción cuando buscaban los lugares para
construir las ciudades.
¿Qué principio regirá en la construcción?
Viviendas para obreros
Las casas para obreros, en las que están comprendidas las de to-
dos los jornaleros, han de ser construidas por cuenta propia. No
me refiero, bajo ningún concepto, a cuarteles obreros de las ciuda-
des europeas, ni a las miserables chozas que se agrupan, en serie,
alrededor de las fábricas. Nuestras viviendas para obreros tendrán,
ciertamente, un aspecto uniforme, ya que la Company sólo puede
construir barato, cuando suministra los elementos de construcción
en grandes cantidades, pero estas casas particulares con sus jardin-
cillos han de ser agrupadas en hermosos conjuntos en cada lugar.
La configuración natural de la región inspirará el alegre genio de
nuestros jóvenes arquitectos, libres de rutina y, aunque el pueblo
no comprenda la gran idea que mueve al conjunto, se sentirá có-
modo en esta sutil agrupación. El templo se alzará sobre un lugar
que lo haga visible desde lejos, porque solamente la vieja fe es la
que nos ha mantenido unidos. Y las escuelas para niños serán
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