Page 61 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
            favorables. Los gobiernos, a su vez, podrán utilizar, para ciertas me-
            joras sociales y de común acuerdo, esta exportación en gran escala.
               La Jewish Company prestará ayuda a los gobiernos y parlamen-
            tos que quieran dirigir la migración interna de los ciudadanos cristia-
            nos. La Jewish Company pagará también grandes impuestos. La ca-
            sa central tendrá su sede en Londres, porque la Company debe es-
            tar, desde el punto de visa del derecho privado, bajo la protección de
            una gran potencia que no sea actualmente antisemita. Pero la Com-
            pany, cuando se la proteja oficial y oficiosamente constituirá, en to-
            das partes, un rico filón de impuestos. La Company fundará, en to-
            das partes, sucursales a las que se podrán gravar con impuestos.
            Además ofrecerá la ventaja de transferir, dos veces, los bienes inmue-
            bles; por consiguiente serán dos las escrituras y los impuestos dobles.
            La Company asumirá, transitoriamente, la apariencia de comprado-
            ra, en los casos en que no intervenga sino como agente de bienes in-
            muebles. Figurará, momentáneamente, en el catastro como propie-
            taria, aunque no quiera nada.
               Estas son, pues, cosas de puro cálculo. Habrá que observar y es-
            tablecer, en cada lugar, hasta dónde pueda ir la Company sin que pe-
            ligre su existencia. Por eso tratará francamente con los ministros de
            hacienda. Estos verán con toda claridad la buena fe y darán, en to-
            das partes, las facilidades que demuestren ser necesarias para llevar
            a cabo, con éxito, la gran empresa.
               La Company puede hacer procurar beneficios con el transporte
            de cargas y de viajeros. Donde los ferrocarriles pertenecen al Esta-
            do, la cosa resulta clara. Donde los ferrocarriles pertenecen a empre-
            sas privadas, la Company tiene que conseguir facilidades y precios
            reducidos, puestos que cada uno hace el viaje por propia cuenta. Pa-
            ra la clase media regirá el sistema de Cook y para las clases pobres,
            el del transporte de personas. La Company podría ganar mucho con
            la reducción de las tarifas en el transporte de personas y carga. Pe-
            ro su principio tiene que ser también aquí, cobrar solamente el dine-
            ro para su propia conservación.
               En muchos lugares, la expedición está en manos de los judíos. Las
            empresas de transportes serán las primeras que la Company utiliza-
            rá y las primeras que liquidará. Los actuales propietarios de estas em-
            presas entran al servicio de la Company o se establecen libremente


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