Page 74 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
            los gobiernos surge, sin embargo, la cuestión de ¿cómo llevaremos a
            las masas judías, sin violencia, de sus actuales lugares de residencia a
            este nuevo país?


            El fenómeno de la masa


               No creo que hayamos de esforzarnos, en demasía, para impulsar
            al movimiento. Los antisemitas ya lo hacen por nosotros. No tienen
            más que obrar, como hasta el presente, y el deseo de emigrar nace-
            rá en los judíos que todavía no lo quieren y se intensificará en los que
            ya existe. Si los judíos permanecen actualmente en los países antise-
            mitas, ello se debe principalmente a que, hasta los que carecen de
            cultura histórica, saben que nunca, a través de los siglos, nos ayuda-
            ron efectivamente los innumerables cambios de lugar. Si hubiera ac-
            tualmente un país donde los judíos fueran bien recibidos y se les brin-
            dara menos ventajas que las que les garantizará el Estado Judío, una
            vez creado, no tardaría en surgir un fuerte movimiento emigratorio
            hacia aquél país. Los más pobres, que nada tienen que perder, se
            arrastrarían hasta allí. Mas afirmo, y cada uno sabrá seguramente
            por sí mismo si es verdad, que el deseo de emigrar debido a la pre-
            sión que sobre nosotros pesa, existe hasta en nuestras clases acomo-
            dadas. Ahora bien: para la fundación del Estado bastarían los más
            pobres; sí, son ellos, sin duda, el material humano más apropiado
            para la ocupación del país, porque para las grandes empresas hay
            que estar un poco desesperado.
               Pero nuestros “desesperados”, al hacer subir el valor de la tierra
            por su mera aparición, por su trabajo, hacen que, poco a poco, los
            que están en posición más acomodada se sientan alentados a emi-
            grar tras ellos.
               Las clases superiores tendrían interés en emigrar. La Society y la
            Company dirigirán la emigración de los primeros, de los más pobres,
            y obtendrán para ellos la ayuda de las sociedades de emigrantes y sio-
            nistas ya existentes.
               ¿Cómo se puede dirigir una multitud sin presionarla?
               Hay algunos grandes benefactores judíos que quieren mitigar los
            sufrimientos de los judíos por medio de ensayos sionistas. Tales bene-


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