Page 160 - Libro Orgullo y Prejuicio
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quince días ya no estarían allí, y esperaba que así se libraría de Wickham para
      siempre.
        No llevaba muchas horas en casa, cuando se dio cuenta de que el plan de
      Brighton de que Lydia les había informado en la posada era discutido a menudo
      por  sus  padres.  Elizabeth  comprendió  que  el  señor  Bennet  no  tenía  la  menor
      intención de ceder, pero sus contestaciones eran tan vagas y tan equívocas, que la
      madre, aunque a veces se descorazonaba, no perdía las esperanzas de salirse al
      fin con la suya.
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