Page 169 - Libro Orgullo y Prejuicio
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Durante el resto de la velada Wickham fingió su acostumbrada alegría, pero ya
no intentó cortejar a Elizabeth. Al fin se separaron con mutua cortesía y también
probablemente con el mutuo deseo de no volver a verse nunca.
Al terminar la tertulia, Lydia se fue a Meryton con la señora Forster, de
donde iban a partir temprano a la mañana siguiente. Su despedida de la familia
fue más ruidosa que patética. Catherine fue la única que lloró, aunque de
humillación y de envidia. La señora Bennet le deseó a su hija que se divirtiera
tanto como pudiese, consejo que la muchacha estaba dispuesta a seguir al pie de
la letra. Y su alboroto al despedirse fue tan clamoroso, que ni siquiera oyó el
gentil adiós de sus hermanas.