Page 23 - Necronomicon
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mantenidos siempre alertas por los latigazos del cochero. Y esto significa que estamos
confinados en el mundo físico, atrapados en el presente.
Lo interesante de los estados de relajación es que la mente deja de estar confinada en el
presente. El cuerpo queda en reposo mientras la mente viaja. Y nuestros sentidos dejan de
estar atados con la rienda corta. Puedo abrir una antología poética y evocar una sucesión
completa de emociones entrando en cada poema con mi entera sensibilidad. Es como si
alguien me hubiese dado una llave de un mundo que estuviese en el interior de mí mismo.
En resumen, como si alguien me hubiese concedido un tipo de libertad casi desconocido
por los seres humanos. Este es el verdadero ideal positivo de los románticos: esta extraña
libertad.
¿Hasta qué punto es exacto describir como libertad el descenso a nuestro propio interior? Si
estoy leyendo un libro de poesía, sería más exacto decir que estoy vagando por el mundo de
los poemas. No estoy explorando el universo exterior, sino mi propia mente. Este mundo de
poesía, o de ideas, es una especie de tercer mundo. El filósofo Karl Popper fue el primero
en señalar que tiene una existencia independiente. Si una catástrofe atómica destruyese
nuestras bibliotecas y sólo quedasen un puñado de seres humanos que sufriesen la pérdida
de la memoria, la especie humana necesitaría miles de años en alcanzar su actual nivel
cultural. Pero si las bibliotecas quedasen todas intactas, podrían conseguirlo en un período
de pocas generaciones. El mundo que subyace en los libros tiene su propia e independiente
existencia.
Pero el "tercer mundo" también es una puerta de entrada a nuestro auténtico mundo interior.
Puedo dejar un libro, mirar fijamente a través de la ventana y soñar despierto durante horas.
Incluso puedo sumirme en un estado tal de paz interior que experimento una especie de
revelación mística, como el héroe de la novela de Machen The Hill of Dreams, que era la
favorita de Lovecraft. (Curiosamente, esta obra, que Lovecraft consideraba como la mejor
de Machen, no tiene ningún elemento sobrenatural).
Y ahora creo que el lector empezará a ver por qué he dedicado tanto espacio a hablar sobre
el impulso romántico. No se trata solamente de una cuestión de escepticismo, ni incluso de
autodesarrollo ordinario. Se trata de una exploración de un reino de libertad desconocido.
Cuando pienso en estos estados de deleite que experimento al leer poesía o escuchar
música, puedo imaginar fácilmente un grado de libertad bastante mayor: la exploración de
nuevos planos de existencia en mi interior. El punto de vista básico del romanticismo es
considerar potencialmente al hombre como a un dios, dependiendo su evolución de la
capacidad que tenga para explorar este nuevo reino de libertad interior. Es posible que
estemos equivocados al concebir la evolución en términos físicos, en la evolución de la
ameba al anfibio.
Este desarrollo es infinitamente lento. Pero si la teoría de la "superconsciencia" de Huxley
es correcta, y parece posible que lo sea en algún sentido, el hombre ya es un dios. Su
problema consiste en explorar la "jerarquía de los propios yo".
Y todo esto significa que puede ser un error considerar a Lovecraft meramente como un
escritor de ficción macabra. Era un auténtico "marginado" romántico, y su obra debería
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