Page 53 - Necronomicon
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Cuanta   más   evidencia   obtengo,   más   convencido   estoy   de   que   Lovecraft   estudió,
                  efectivamente,  transcripciones   de   diversos   escritos   de   Dee   junto   con   textos   de   un
                  significado mágico general, los cuales pudieron haberle sido transmitidos por Blackwood o
                  Machen durante los primeros años de este siglo, y que el Necronomicon se refiere a
                  diversos textos relacionados entre sí y no a una obra única.

                  Textos paralelos a muchos de los más importantes libros mágicos pueden hallarse tanto en
                  la Biblioteca  del Congreso como en la famosa colección de la Universidad Brown, en
                  donde Lovecraft pudo haber estudiado mientras daba forma a sus Mitos Cthulhu. Pero
                  además de su conocimiento de los textos mágicos existentes, Lovecraft demuestra algo
                  más: hay indicios de un claro acceso a secretos "Interiores", secretos que durante su vida
                  permanecieron sin revelar a nadie excepto a un selecto grupo de Altos Iniciados. En su
                  novela The Case of Charles Dexter Ward, Lovecraft emplea con gran efecto el simbolismo
                  de Caput y Cauda Draconis, la Cabeza y la Cola del Dragón Luna, combinado con una
                  fórmula de transformación mágica de naturaleza notablemente similar a un rito alquimista
                  realizado por los magos del Amanecer Dorado. A pesar de que Lovecraft no era un Iniciado
                  en el estricto sentido de la palabra, es evidente que se había ganado la confianza de los que
                  lo eran, según se demuestra en el ejemplo anterior y en tantos otros dispersados por toda su
                  obra.

                  Kenneth  Grant,  jefe  del OTO  (Ordo Templi  Orientis)  y autor de  varios  libros  sobre
                  tradición mágica,  también sugiere que Lovecraft tenía un contacto específico con las
                  escuelas de misterio occidentales y argumenta que: "Lovecraft empleaba la ficción para
                  resaltar conceptos de realidad que, en su época, se consideraban demasiado fantásticas para
                  ser presentadas en cualquier otro medio"(20). Además, Grant da a entender que Lovecraft
                  nunca fue del todo consciente de las fuerzas exteriores que influenciaban sus escritos, y
                  empleó la última parte de su vida intentando vanamente negar su existencia. En conjunto,
                  yo me sentía inclinado a estar de acuerdo con el concepto de los Mitos Cthulhu de Kenneth
                  Grant, ya que muchas de sus ideas reflejaban casi exactamente las mías. La principal
                  diferencia entre los puntos de vista de Grant y los míos reside en nuestras respectivas
                  aproximaciones al Necronomicon, porque a pesar de que Grant cree que los Mitos son
                  válidos en su aspecto oculto, considera que el Necronomicon es ficticio, una invención de
                  la fértil imaginación de Lovecraft.

                  El propio Lovecraft admite y revela que muchas de las destacadas características de los
                  Mitos   Cthulhu   le  fueron   transmitidos   por   medio   de   sueños,   sueños   recurrentes   de
                  sorprendente  claridad  y  continuidad. Muchos  ocultistas  creen  que los  sueños  de esta
                  naturaleza son el medio que tiene la mente subconsciente para registrar contactos astrales.
                  El fluido etéreo de la Luz Astral es considerado una sustancia semimaterial dotada de una
                  gran plasticidad; un archiva natural que envuelve la Tierra y retiene en su estructura la
                  marca de cada suceso, pensamiento, palabra y acto que se ha producido desde la formación
                  del planeta. La tradición oculta sostiene que este depósito de información, conocido en
                  Oriente como Registros Akashicos, puede ser accesible a voluntad por aquellos que poseen
                  la necesaria habilidad síquica y que, asimismo, pueden manejarse para que proporcione
                  imágenes efectivas mediante la aplicación de la necesaria química mental. Las imágenes de
                  los entes así formados se consideran "Elementos Artificiales", criaturas formadas por la



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