Page 26 - Frankenstein, o el moderno Prometeo
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desesperación económica y psicológica, habiendo huido de Inglaterra con dos
mujeres, las hermanastras Mary Wollstonecraft y Claire Clairmont; su relación con
ambas era muy intensa, aunque los detalles no están nada claros [21] . Además de esto,
Claire inició unas turbulentas relaciones sexuales con Lord Byron, y entre ella y
Mary se fue desarrollando una considerable enemistad; Byron, por su parte, tenía un
acompañante violentamente posesivo, el médico John William Polidori. Es difícil
concebir un grupo con más potencial explosivo, especialmente si tenemos en cuenta
la inmediata atracción que surgió entre Byron y Shelley, que se encontraban por
primera vez».
Tal y como afirma Radu Florescu [22] , se sabe poco de las complejas relaciones de
amor y odio que Percy, Mary, Claire, Byron y Polidori entablaron, disparándose así la
más calenturienta imaginación de eruditos y biógrafos. La esposa de Lord Byron,
Anne Isabelle Milbanke, destruyó buena parte de las cartas y notas autobiográficas de
su marido; las páginas del diario de Percy B. Shelley comprendidas entre mayo y
septiembre de 1816 fueron arrancadas, a su vez, por Mary. Pero, en esencia, tan
singular drama estaba monopolizado por dos semidioses del arte, l’éclat du grands,
Byron y Shelley [23] , y un trío de pobres mortales cuyo único deber era callar,
escuchar, y rendir pleitesía a los genios. No obstante, a Byron le gustaba jugar con las
emociones de quienes incluso estaban a su altura. Una noche, con hiriente
malignidad, recitó en voz alta el poema Christabel de Coleridge, provocando un
ataque de pánico en Shelley que Polidori, en su diario, lo describe así: «Lord Byron
recita los versos del poema Christabel de Coleridge, que describen el pecho de una
bruja. Se hace el silencio y, de repente, Shelley se pone a chillar, se lleva las manos a
la cabeza y sale corriendo de la habitación con una vela. Le echamos agua en la cara
y le damos a respirar éter. Parece que estaba mirando a la señora Shelley cuando le
vino a la mente la imagen de una mujer, de la que había oído hablar, que tenía ojos en
vez de pezones; sin saber cómo, esa visión se apoderó de su mente y le
sobrecogió» [24] . Christabel tiene como protagonista a una muchacha cuya madre
«murió al darle a luz», y se centra en las terribles relaciones de la huérfana con la
bruja Geraldine, encarnación diabólica de la difunta madre. Aunque, en realidad, el
poema aludía de manera sutil al supuesto vínculo sobrenatural existente entre Mary y
su madre, y en el cual siempre creyó Shelley. ¿Tal vez revivió sus escarceos amorosos
con Mary en el lúgubre cementerio de Old St. Pancras Church, bajo la luz
amenazadora de la luna y con la tumba de Mary Wollstonecraft como mudo testigo de
su pasión? ¿Imaginó que Mary era una fantasmagórica reencarnación de su insigne
progenitora [25] ?
De cualquier forma, el espíritu de Shelley debía andar bastante revuelto, sobre
todo en lo concerniente al extraño ménage à trois en el que, involuntariamente, estaba
involucrado. Nunca se ha podido probar que el poeta mantuviera relaciones sexuales
con las dos hermanastras al mismo tiempo, pero sus teorías sobre el amor libre
heredadas, curiosamente, de William Godwin, indican que muy probablemente la
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