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162| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Cinco: ¡Sin burlas! | 175 la persona.
manera podrá conservar la alegría y entonces nada ni nadie
podrá debilitarlo.
La ganancia de cada uno no se mide en comparación con la
de los demás sino en relación con uno mismo. Cuando uno
evita compararse a los demás, se siente bien con lo que tiene.
El único motivo por el cual la persona no está conforme con lo
que tiene es porque se compara a los demás.
Si el ser humano habitara solo en el mundo, seguramente
sería feliz con su parte. E incluso si quisiera hacer un cambio
en su vida, lo haría sin esa sensación amarga de que “¿por qué
yo solamente tengo esto y el otro tiene tanto más que yo?”. Es
sabido que la gente se pone triste debido a que se compara
con los demás y eso es porque vive sin emuná, pensando
que ellos mismos son los que determinan el curso de sus
vidas. Se confunde al pensar que el vecino tiene más que él
y que él tiene menos, porque no tiene suerte, y porque es un
fracasado, etc. Por el contrario, la persona que tiene emuná en
la Supervisión Individual Divina sabe que Hashem es quien
determina cuánto ha de poseer cada persona y por lo tanto
no se fija en lo que hacen los demás sino que únicamente
piensa en el Creador, que lo supervisa en forma individual y
le provee todo aquello que necesita en la vida.
Incluso cuando uno tiene éxito no es bueno que se compare a
los demás, basando su alegría en el hecho de que le va mejor
que a los demás. Porque si su felicidad se basa en el hecho de
que tiene más éxito que los demás, entonces esa felicidad no
es genuina. Eso no es felicidad. Eso es arrogancia. No hay más
grande herejía que esa.
Por lo tanto, uno no puede ser realmente feliz a menos que
se fortalezca espiritualmente, sabiendo que Hashem lo
supervisa en forma individual y siendo consciente de todos
los regalos que Él le da, sin compararse en absoluto con las
demás personas. La alegría es su conexión con Hashem, que
es la Fuente de toda la alegría. Y la conexión con Hashem se
produce únicamente por medio de la emuná, o sea, cuando
la persona vive con la conciencia de que solamente tiene a
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Capítulo Cuatro: El regalo de la vida
mismo, porque la burla invoca graves juicios contra que se burla de los demás invoca desgracia para sí grave” (Isaías 28:22). Y dijeron nuestros Sabios que el “No se burlen, para que su aflicción no
que el Sabiondo sufre continuamente. Esto se debe a que no
tenía emuná y era una persona sumamente arrogante. El
sufrimiento es la manera en la que Hashem le recuerda que en
realidad nada le pertenece. Hashem le dio inteligencia, pero
en vez de agradecerle a Hashem por ese regalo tan grande, él
siente que todo es por mérito propio.
El mensaje que nos transmite Rabí Najman es de enorme
importancia: ¿Por qué estás sufriendo? ¿Por qué no eres feliz?
¿Por qué no tienes vitalidad? Porque todavía no te libraste de
la arrogancia. Las personas arrogantes no reciben la ayuda de
Hashem. Y sin Su ayuda, ¿cómo uno puede tener éxito en la
vida o ser feliz?
En la vida tenemos que elegir: o bien elegimos una vida de
emuná, humildad y felicidad, o bien elegimos una vida de
herejía, arrogancia y depresión. Vemos que el Sabiondo tenía
éxito en todo lo que hacía, pero a pesar de eso no tenía ni
felicidad ni paz interior. ¿Por qué? Porque se había apartado
de Hashem. A pesar de su aspecto exterior tan refinado y de
su lujoso carruaje, por adentro él sufría enormemente. No
tenía paz interior ni vitalidad.
Una vez fue un ministro a verlo y le pidió que le hiciera un
anillo de oro. Él le hizo un anillo muy fino con exquisitos
grabados y con la imagen de un árbol maravilloso. Pero
cuando fue el noble a verlo, no le gustó nada el anillo. El
Sabiondo sufrió muchísimo por esa causa, ya que él sabía que
si ese mismo anillo con el árbol lo hubiesen visto en España,
habría sido objeto de gran admiración y honra.
Rabí Najman describe en detalle el bellísimo anillo que hizo el
Sabiondo, que era una verdadera obra de arte, prueba de su
gran profesionalidad y su fenomenal destreza. El Sabiondo
era perfectamente consciente de que el anillo era una obra
suprema, pero en el momento en el que el ministro lo criticó,
de los demás y no conviene que rece en público. de los demás, entonces esa persona también depende necesita del respeto de los demás, o cualquier otra cosa su sustento, porque se mantiene solo, no obstante, si E in
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