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208| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Seis: El encuentro
había pensado que Hashem le estaba haciendo un favor. Pero
ahora se dio cuenta de que en realidad Hashem le estaba
haciendo un gran favor al Sabiondo, al darle la oportunidad
de aprender de su amigo de la infancia.
Con anterioridad, el Simple siempre había sentido mucha
admiración por el Sabiondo. Pero entonces se dio cuenta
de que el camino del Sabiondo solamente conducía a la
frustración y la depresión. Él decidió que tenía que hacer algo
para ayudar a su amigo y así fue como actuó en forma tan
inusual, tratando de hacer que su amigo entrara en razones.
Certificado de excelencia
Al compararse con el Sabiondo, el Simple recibió la aprobación
Divina y un certificado de excelencia, porque ahora comprobó
que su forma de vivir la vida con total simplicidad e inocencia
es la única manera de alcanzar el objetivo ulterior de la vida,
mientras que el camino de la sofisticación y la astucia es un
total fracaso que conduce al abismo. Ahora vio con sus propios
ojos adónde llega la persona que se conduce con astucia en
vez de con simplicidad. Hashem se lo hizo ver debido a que
en el Cielo siempre se busca mantener un equilibrio y como
él había sido víctima de tantas burlas y tanto desprecio por la
forma en que vivía la vida, a fin de mantener un equilibrio,
le enviaron al Sabiondo y su comportamiento tan necio, para
que el Simple pudiera ver con sus propios ojos que toda la
“astucia” del Sabiondo no hizo más que conducirlo al abismo.
En efecto, todo el esfuerzo que el ser humano realiza en este
mundo es únicamente para que pueda alcanzar la alegría
y la felicidad. Ese es el verdadero anhelo de cada persona.
De hecho, la felicidad y la alegría son el certificado que da
testimonio de que la persona ha tenido éxito en la vida: si es
una persona feliz, entonces se considera que ha tenido éxito
en la vida. Pero si la inteligencia de la persona no la lleva a
la felicidad, entonces es un certificado de reprobación, que
| 193 piedra con un grabado. Y le pidió al Sabiondo que copiara valiosa proveniente de un país lejano. También le trajo otra En otra ocasión, un gran noble fue a verlo con una gema muy poder ser feliz de esa manera. en u
demuestra que esa persona ha fracasado y que su filosofía de
vida y su perspectiva del mundo son completamente erróneas.
Del principio al fin
La prueba que tuvo que enfrentar el Simple, o sea, aferrarse
a su simplicidad desde el comienzo de su vida hasta el final,
no fue nada fácil. Porque al principio daba la impresión de
que el Sabiondo era feliz y el Simple era un desdichado. El
Sabiondo disfrutaba de la vida, viajando por todo el mundo
y gozando de toda clase de placeres, mientras que el Simple
estaba “estancado” en su negocio, no tenía éxito en su trabajo
y apenas si le alcanzaba el dinero para llevar pan a la mesa.
Pero ahora, con el paso de los años, todos pudieron apreciar
en forma clara que, gracias a su sencillez, el Simple era una
persona feliz que vivía su vida apaciblemente, mientras que
el Sabiondo todo el tiempo estaba insatisfecho y enojado. Así
enseñan los Sabios: “Los tzadikim al principio sufren y al final
tienen paz mientras que los malvados al principio tienen paz
y al final sufren”.
De la misma manera, es sabido que la persona que quiere
conducirse en la vida con integridad y con simplicidad,
al principio tiene que enfrentarse a todo tipo de pruebas
(como por ejemplo, ver que sus compañeros “disfrutan de
la buena vida”, haciendo todo lo que se les antoja, ganando
dinero, disfrutando de los placeres mundanos). Únicamente
la persona que se planta bien firme en su posición y busca
únicamente la verdad al final va a cosechar los frutos de su
labor, mientras que sus amigos van a empezar a pagar por
toda esa “libertad” que tenían, y que en realidad, más que
libertad, es una total esclavitud a los deseos físicos y la
materialidad de este mundo.
Esto es algo que todos podemos ver día a día. Aquellos que
se consideran muy “sabios” al principio parecería que tienen
éxito y disfrutan de la vida, haciendo todo lo que se les