Page 8 - AL FINAL
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                      En esos mismos días Daniel se dio el gran gusto que venía postergando

                porque su sueldo iba al pozo común que sostenía a toda la familia. Había aho-
                rrado un poquito cada mes desde su primer destino cerca del mar, que lo atra-










































                pó. El padre de uno de sus pequeños alumnos del Pósito Marítimo vendía una
                pequeña balandra de segunda, tercera y hasta cuarta mano. Tenía cubierta y un
                palo. Debajo, un pequeño cubículo. La restauración llevó meses de su tiempo
                libre. Un día terminó, le pintó nuevo nombre: “Libertad” y con ella navegó in-

                cansable la bahía de Algeciras.

                      En la playa del Rinconcillo, desde donde partía y regresaba Daniel con su
                barquito, durante el verano de 1931 conoció a Clotilde Quirós, quien sería su
                esposa durante veintiocho años y madre de sus tres hijos, dos niñas y un varón.

                      Aunque ésta sea una crónica biográfica acerca de mi padre, cabe explicar
                por qué mi madre -siendo argentina de nacimiento- caminaba con su tía Ampa-
                ro bajo elegantes sombrillas ese día y por esa playa en la ciudad de Algeciras.

                      Clotilde fue inteligente, pragmática, criteriosa, discreta y decidida puntal
                de las vidas de ambos casi desde ese mismo momento hasta el final de los días

                de Daniel en Comodoro Rivadavia.






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