Page 44 - Confesiones de mi alumno
P. 44
Mire cada trazo, cada línea: era idéntico a su sueño. Saque mi libreta de
apuntes y decide escribir todo lo que me había contado. En ese instante se
me vino a la memoria todas aquellas historias que habían nacido de los sueños:
Frankenstein, La Divina Comedia. Cuántas novelas, películas, cuántos
inventos; si hasta remedios y cura a las enfermedades se había encontrado
en el mundo de los sueños, por eso me interesaba, y por eso me detenía a
interpretarlos en mis horas libres.
Era recreo ya, entre a la sala de profesores, y me quede mirando aquel extraño
dibujo. Esa máquina tan sencilla. ¿Qué era? Una máquina de regeneración
o una máquina de la muerte. Estaba sumergido en esto, cuando entro Enrique
casi gritando para hablarme de mi examen.
―!Profe, profe! ¿Por qué mis compañeros saben mucho de usted? Yo también
profe, y hasta mi amigo Max. Él había sabido tu nota de tu examen profe,
¿es cierto que te sacaste siete en tu examen? ―me pregunto.
―¡Ni yo mismo sé mi nota! Y ustedes van a saber, además en el magisterio
las calificaciones son por puntos, no es vigesimal ―le aclare. Cómo era posible
eso, ni yo mismo sabía mi nota. Había perdido la clave de acceso personal
y estaba tratando de recuperarlo y ellos decían ya saber. Claro, el no creyó nada
de lo que le había dicho y estaba seguro que yo no había aprobado el examen
de docentes.
La noticia se había extendido a todo el colegio y todos los chicos comentaban
que yo no había aprobado el examen, que era un contratado y eso me afectaba
mucho. A veces ya no me importaba entrar a clases, y he pensado en renunciar,
Página
44