Page 39 - Confesiones de mi alumno
P. 39
Ahora había muchas almas que se estaban penándose, pero tu alma profe,
seguía buscando justicia y se fue a la capital a quejarse, y entonces nosotros
volvimos a sentir miedo de que nos cogieran. Temerosos, volvimos a pedir
ayuda a satanás y gritamos: ¡Satanás ayúdanos! ¡Satanás ayúdanos! y este
hizo llover torrencialmente y todo se volvió a inundar y murió mucha gente. Las
almas que ya eran muchas caminaban penándose, pero tu profe seguías
buscándonos, y te fuiste por el mundo buscando justicia y nosotros temerosos de
que nos cogieran oramos a satanás para que lloviera y llovió. Llovió
torrencialmente profe, y todos perecieron ahogados. Los únicos sobrevivientes
éramos Max y yo. Desde el cerro donde estábamos vimos a las almas del
mundo penarse, en eso te vimos profe, y usted y Omar se habían convertido en
reyes, profe: eran reyes de las almas.
Como su líder, ordenaste que dieran una recompensa a quien nos capturara y
nos matara, entonces todas las almas del mundo nos estaban buscando, y mi
amigo y yo temerosos, huimos lejos; a un lugar que no recuerdo.
Todas las almas del mundo nos estaban buscando, en eso decidimos escondernos
y entramos a una cueva que estaba en un cerro, y cuando entramos, vimos
que habían caído rocas y que la entrada se había cerrado dejándonos
atrapados. Entonces le dije a mi amigo,
“aquí nadie nos encontrara”. Y nos quedamos ahí largo tiempo. Había pasado
mucho tiempo y nuestro único alimento era la tierra, arañábamos la tierra
y comíamos, solo eso comíamos, profe.
En eso mi amigo Max dijo: “ya no hay que preocuparnos, aquí tenemos tierra
para comer” y yo le dije: “tienes razón” y así paso el tiempo.
Página
39