Page 38 - Confesiones de mi alumno
P. 38
Seguimos en lo alto del cerro profe, y desde ahí vimos el alma de Omar
penándose. También era oscuro y los dos andaban penándose en las calles. En
eso el alma de Omar se nos acercó a nosotros y empezó a reírse diciendo: ah
miren, el alma del profe se está penando, y todos miraban tu alma penándose.
Caminabas profe, buscando a tus asesinos y fuiste donde los jueces, y te
quejaste a la gente, nosotros al ver esto tuvimos miedo y nos escapamos
a un país lejano a comprar un libro sobre el lenguaje del cuerpo, eso del lenguaje
no verbal profe, y estudiamos ese libro para poder mentir mejor y así nadie
nos pudiera descubrir. Pero tu profe seguías quejándote a los policías y al juez,
andabas buscando justicia. Entonces cuando los policías vinieron a buscarnos,
nosotros nos negamos.
La policía empezó a sospechar de tus alumnos a quienes habías jalado y te
odiaban, y fueron donde ellos y los apresaron a todos. Eran muchos profe, y a
todos les encadenaron y se los llevaron en fila. Todos iban llorando y diciendo:
¡yo no fui! ¡Yo no fui!
Nosotros mirábamos todo lo que pasaba desde lo alto del cerro, pero tu alma
seguía buscando a sus asesinos. Sentimos miedo de que pronto se enterarían
que nosotros te habíamos matado, así que decidimos pedir ayuda. Entonces
mi amigo y yo gritamos: ¡Satanás ayúdanos! ¡Satanás ayúdanos! Pedimos a
gritos su ayuda, entonces satanás al oírnos, hizo llover fuerte, y una lluvia
torrencial cayó sobre el pueblo. Los ríos empezaron a crecer y a desbordarse y
todo se inundó. Las torres de electricidad se vinieron abajo, cables y antenas
cayeron y toda la gente del pueblo pereció, profe. ¡Murió mucha gente, profe!
Página
38