Page 46 - Confesiones de mi alumno
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―¿Qué? ―les volvió a gritar― ¡Tu madre te pinta de santita y no sabe que
cada noche te recoge tu marido!
Ellas solo hacían lo que les gustaba hacer: hacían lo que querían. Imitaban
mal a sus amigas, y terminaban peor que ellas.
Media hora después, seguía pensando en cómo mis alumnos habían conseguido
la nota de mi examen, y al verme solo volví la mirada aquel curioso dibujo, y
volvió a mi mente aquel extraño sueño de mi alumno “matar al profe”
“ ¿tenía algo que ver con mi examen?” Me pregunte y me respondí inseguro
“puede ser”, luego pensé “y que será aquella extraña maquina” entonces
se me vino a la mente la forma en que yo les trataba, tan estricto en mi área,
en los trabajos y quehaceres. Esas palabras duras con las que les trataba
eran iguales o semejantes aquella máquina. Podría ser ese el significado
de aquel sueño: solo el tiempo me daría la respuesta.
Todos siguen gritando, riendo a carcajadas en el recreo, y yo pensando en aquel
sueño que ni siquiera era mío. Aparecía y desaparecía Enrique. ¡Qué muchacho!
Caminaba como perdido, mirando a un lugar, luego al otro, como buscando a
alguien con quien hablar. Parecía poseído por sus ideas y sus demonios.
A veces se acercaba me saludaba y me dejaba con la palabra en la boca y más
luego volvía: ¡que distraído el muchacho! Levantaba la mano y exclamaba:
―Profe, no me sueño con usted, profe
―Eso está bien ―le respondía.
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