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Bases psicopedagógicas de la enseñanza y del entrenamiento deportivo II – CFEM
TEMA 3. TÉCNICAS DE CONTROL DE LA ACTIVACIÓN. CONCEPTOS Y ESTRATEGIAS:
3.1. INTRODUCCIÓN:
Como ya hemos comentado en los temas anteriores (te lo recuerdo por si a estas alturas ya te has dado a la bebida y has olvidado todo lo anterior), el entrenamiento físico pretende incidir sobre variables relevantes para el rendimiento como la resistencia, la fuerza, la flexibilidad o la velocidad (esto ya os lo explica Jorge muy bien). Del mismo modo, el trabajo psicológico debe centrarse en la mejora de variables psicológicas que ayuden al deportista a mejorar su rendimiento.
Así, como hemos visto, podremos trabajar la motivación, la ansiedad, la auto- confianza, la autoestima, la atención, pero también otros aspectos como las variables psicológicas del entrenador y el entrenamiento para favorecer aspectos como la constancia o persistencia, las relaciones interpersonales, la cohesión de equipo, etc.
En algunas personas, todavía persiste el concepto erróneo de que si uno practica y entrena con la suficiente dureza física todo lo demás vendrá dado. Pero, lo cierto es que los resultados obtenidos por un deportista en una prueba pueden ser muy diferentes, y esta diferencia es debida, fundamentalmente, a una fluctuación (mejora o disminución) de su control mental.
El deportista no gana o pierde vitalidad o destreza en el transcurso de la competición, sino que, como hemos visto en otros temas, a medida que aparecen el cansancio y la ansiedad, lo que pierde es el control de factores mentales como la capacidad de concentración, el procesamiento correcto de los estímulos relevantes, el control para centrarse en auto- informes positivos,...
En realidad, lo que sucede es que, sea por el motivo que sea (ansiedad, cansancio), lo que está variando en el deportista es su nivel ideal de activación. Ese nivel se podría definir como el grado de excitación (activación) que es necesario para que nuestro cerebro esté preparado para rendir adecuadamente, concentrarnos, etc.
Esto significa que es necesario estar activado para conseguir un buen rendimiento en la tarea que estamos llevando a cabo (en nuestro caso, deportiva). Sin embargo, hay que tener cuidado, porque del mismo modo que una activación baja provocará un rendimiento insuficiente, una activación excesiva, provocará también consecuencias negativas sobre nuestro rendimiento.