Page 101 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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C a p ít u l o  V
                       Las ciudades: fundación, fisonomía
                                   y tejido urbano



           En Etruria, a partir del siglo vil a.C., se originó un proceso de radical reestructu­
        ración en las comunidades que, al parecer, mediante sinecismos villanovianos —un
        ejemplo muy claro puede verse en la ciudad de Veyes— se habían ido constituyendo
        desde los albores de la creación del nomen etruscum.
           Fruto  de  aquella compleja reestructuración fueron las ciudades, pivote  básico
        sobre el que se desarrollaría la historia de los etruscos y tiempo  después la de los
        romanos.  Sin embargo, por una serie de circunstancias geográficas,  económicas e
        ideológicas los habitantes de Etruria dieron la espalda a su nombre étnico, a su no­
        men —se habían llamado, como se dijo, a sí mismos rasna— para identificarse con
        el de sus  singulares  ciudades  (populi).  Por ello la historia de los etruscos  es  más la
        historia de sus ciudades (Tarquinia, Veyes, Populonia, Vetulonia, Chiusi...) que de
        su nación.
           La ciudad se originó en Etruria tras un largo proceso formativo que desconoce­
        mos y que se identificó, como ha señalado G. Colonna, con el mismo proceso de la
        cultura y del ethnos etrusco. Momento esencial hubo de ser el siglo viii a.C., en el que
        lo urbano sería la expresión del modo de producción basado en la clientela, contro­
        lada por lucumones y príncipes, pero que cristalizaría como tal cuando se formaron las
        graneles familias (gentes) capaces de articular ciudadanos libres en pie de armas.
           Coetáneamente al nacimiento de la ciudad se crearon las insignias reales, símbo­
        lo de la autoridad pública y que acabaron por derrumbar el prestigio gentilicio, basa­
        do éste en el control de los bienes materiales.
           Al dotar a las insignias reales de un carácter sagrado, transfiriendo con ello a la di­
        vinidad políada un determinado poder, incluso político, la función de los lucumones
        perdió  importancia,  siendo  aquélla,  en parte,  sustituida por la  de  los  magistrados.
        Con ello se privilegiarían los lugares religiosos (templa) y públicos (arx, foro) en detri­
        mento de los lugares privados (regiae, tumbas).



        F u n d a c i ó n  y  f is o n o m ía

           Las ciudades etruscas, en líneas generales, tuvieron una fisonomía y unas caracte­
        rísticas materiales comunes, si bien la personalidad de cada una de ellas variaba en
        función de los gustos locales y las condiciones geográficas del terreno sobre el que


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