Page 162 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 162

(hoy repartidos en varios museos europeos), o los restos del localizado en la Tomba
        del Cano,  de  la necrópolis  de la Osteria  (Vulci),  actualmente  en  el Museo  de Villa
        Giulia— nos lleva a argumentar que el carro hubo de ser un referente del rango so­
        cial y de la connotación guerrera del que lo poseyó en vida. Aquel instrumento de
        prestigio, junto a otros, le permitiría en la ultratumba perpetuar el alto nivel de vida
        que disfrutó en la tierra.
            Otro detalle arqueológico permite deducir que los carros etruscos orientalizan-
        tes hubieron de reducirse a bigas y a trigas, ya que junto a los restos de tales vehículos,
        siempre de sencillas líneas, de alma de madera forrada con placas de bronce y rue­
        das  recubiertas  de  hierro,  aparecen  asociados  comúnmente  en  unos  casos  dos
        bocados de caballo y en otros tres, hecho que tiene su confirmación en las repre­
        sentaciones figuradas, en las cuales nunca aparecen cuadrigas para el período orien­
        talizante.
           Las excavaciones arqueológicas y estudios subsiguientes han confirmado la esca­
        sa presencia de armas en las tumbas orientalizantes. Y así parece ser en los casos de
        Populonia, Vetulonia y Tarquinia,  si bien Marsiliana dAlbegna constituye la excep­
        ción. En esta última localidad, en la necrópolis de Bandinella, una serie de tumbas,
        con  material  orientalizante,  ha  facilitado  diferentes  armas,  sobre  todo  ofensivas,
        constituidas por lanzas, de hierro y de bronce, espadas, puñales y hachas de hierro.
        Restos de carros y bocados de caballo también están presentes.
           Populonia, que conoció la presencia de marineros calcidios y fenicios, ha propor­
        cionado unas cuantas tumbas orientalizantes con restos de armas: puntas de lanza,
        hachas, jabalinas, cuchillos y un casco de bronce de tipología corintia. En la  Tomba
        del Balsamarlo se halló un rhytion en forma de cabeza de guerrero, tocada con casco.
        En la llamada  Tomba dei Cani, saqueada ya de antiguo, aparecieron en sus tres cellae
        secundarias restos de dos carros con ruedas de hierro (bigas) y cajas con revestimien­
        to de paneles de bronce con motivos ornamentales. Uno de ellos (1,80 m de longi­
        tud; 1,04 m el diámetro de sus ruedas) ha sido restaurado y puede verse en Florencia.
           Por su parte, las tumbas de Vetulonia son pobres en armas, reduciéndose lo halla­
        do a unas cuantas puntas de lanza, puñales y espadas, todo ello elaborado en hierro.
        Asimismo, se localizó un casco corintio, un par de cnemides, algunos bocados de ca­
        ballo y los restos de un carro. Como excepción hay que señalar la Tomba delDuce, en
        donde quedaron recogidas la totalidad de armas esenciales defensivas y ofensivas de
        un guerrero, incluidos los restos de un carro, dos bocados de caballo, además de una
        sítula tipo «Kurd», varios simpula o copas rituales, páteras y una pequeña nave de ori­
        gen sardo, ya aludida. También se localizó un yelmo de «campana», de bronce lami­
        nado, específico de Vetulonia, lugar desde donde se difundió tal tipo hacia el norte,
        y que estuvo en uso hasta finales del siglo vil a.C.
            En Tarquinia,  sus  tumbas  apenas  contenían armas,  salvo la  Tomba del Guerriero,
        llamada así por haberse sepultado en la misma a un guerrero revestido de sus armas,
        todas ellas fabricadas de bronce. Las defensivas se componían de una espada, un pro­
        tector del corazón, realzado en oro, una pieza de espaldera —tal vez de alguna posi­
        ble coraza— y un escudo de cuero. Las ofensivas las formaban una punta de lanza,
        un puñal y dos hachas; asimismo, aparecieron dos bocados de caballo y algunas fa-
        leras. Al no haberse detectado casco alguno se pensó que hubo de ser de cuero, ma­
        terial perecedero y por esa razón no encontrado.
            Otros enclaves etruscos también han facilitado armas de este período. A modo
        de resumen bástenos citar la Tomba Regolini-Galassi de Caere, estudiada hace años por

         168
   157   158   159   160   161   162   163   164   165   166   167