Page 164 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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La segunda, la oinochoe de Tragliatella, ha sido objeto de numerosos estudios e in
terpretaciones —incluso hermenéuticas—, dado que su temática figurativa presenta
variados elementos y escenas, entre ellas, dos symplegmata y el famoso juego de la
Truia. Nos interesa destacar aquí que en tal pieza cerámica aparecen infantes —a los
que ya se aludió— portando cada uno un escudo circular con el emblema de su gene,
armados de tres lanzas y ejecutando quizá la danza del géranos traducida al modo de
una danza guerrera (pyniche). Delante de ellos está su jefe militar, Mamarce, intercam
biando un objeto con su esposa Thesathei; entre ambos se halla una niña, de nombre
Velelia, tal vez, la hija de la pareja (TLE, 74). Los pocos jinetes que aparecen figurados
tienen también escudo y lanza.
A. Alfoldi conecta la representación de esta oinochoe con las leyendas troyanas de
Roma; F.-H. Massa-Pairault ve en ella un trasunto de Teseo y Ariadna. J. Martínez-
Pinna aboga por la tesis de que sus figuraciones obedecen a momentos de la vida co
tidiana de un noble, tal vez originario de la Etruria meridional.
La última pieza cerámica, la Crátera firmada por Aristonothos, será objeto de un
epígrafe posterior.
Algunas estelas orientalizantes también recogieron elementos de temática militar.
De las mismas tan sólo nos interesan para este apartado dos de ellas: la Estela de
Monterozzi y la de Avele Feluske de la necrópolis Bambagini de Vetulonia.
La primera (1,11 m de altura), fechada por H. Hencken a comienzos del siglo vil a.C.,
está decorada con dos guerreros afrontados. Llevan lanza y casco conparagnathides y
largo penacho rígido. Casi todo el tronco lo tienen protegido con un gran escudo
circular. La de Avele Feluske, el Vencedor, estela (1,07 m de altura) que le fue dedica
da por su compañero de armas Hiruminia Phersnachs (Herminius de Perugia), recoge la
figura de dicho guerrero armado con una bipennis, tocado con casco corintio, de lar
go penacho, y portando escudo hoplítico circular con decoración geométrica.
E jé r c ito y a r m a m e n to d e l o s s i g l o s v i a l iv a.C.
El estudio del ejército y armamento etruscos de sus últimos períodos históricos
puede efectuarse a través de una buena documentación arqueológica —piezas metá
licas, cerámicas y esculturas, básicamente— hallada en la propia Etruria, en el Lacio
y en el territorio falisco.
Entre los objetos metálicos que han facilitado información sobre el armamen
to de aquellos siglos sobresalen —por citar los más significativos— las placas del carro
de Monteleone (Spoleto), la biga de Poggio di Castro, los llamados trípodes Loeb, diferen
tes sítulas, un bol de Chiusi y algunas estelas con relieves de singulares guerreros.
A todo ello puede añadirse el depósito de 125 yelmos de tipo «Negau» —cascos
con «alero» o saliente lateral— que se localizó en las murallas de Vetulonia. Yelmos
de bronce, entre los 20 y los 18 cm de altura, llamados así por los ejemplares que se
encontraron en tal localidad de Eslovenia, que portaban inscripciones en una lengua
germánica o rética, pero con grafías paleovénetas. Algunos de estos yelmos se ateso
ran en el Kunsthistorisches Museum de Viena.
El famoso carro de Monteleone, fechable entre el 550 y el 530 a.C., fue descu
bierto en 1902 y publicado muy pronto por L. Barnabei. Tal carro de guerra (hoy en
el Metropolitan Museum de Nueva York) nos facilita interesante información mili
tar. Su caja estaba recubierta con tres placas ornamentales de bronce, bellamente de
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