Page 159 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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E s t r u c t u r a y t á c t ic a m il it a r e s v il l a n o v ia n a s
Aunque conocemos las armas ofensivas y defensivas que emplearon los etruscos,
se ignora prácticamente todo lo relacionado con la estructura de sus ejércitos y con
las tácticas militares empleadas.
La lógica inclina a pensar que un guerrero con determinadas armas blancas —es
pada, puñal, lanza— podía disputar un combate de proximidad, un combate cuerpo
a cuerpo, mientras que con otras (hondas, flechas, jabalinas) podría disputarlo a dis
tancia. Ello quiere decir que los villanovianos, al principio, pudieron emplear tanto
las luchas en línea, organizándose en batallones, para facilitar así el cuerpo a cuerpo,
como las de orden disperso, para posibilitar el hostigamiento y ataque desde cierta le
janía. El primer tipo de lucha exigiría no sólo ejercitación y disciplina común, sino
también concordancia de armamento para obtener la adecuada cohesión militar; en
cambio, el segundo se regiría por el valor individual, la iniciativa y la agilidad del gue
rrero. Esto último comportaría, obviamente, un armamento mucho más ligero y la
puesta en práctica de las emboscadas y guerrillas.
La presencia de arcos y sobre todo de bocados de caballo en las tumbas —no así
todavía de carros ni caballos— deja ver que la caballería también ocupó, a finales del
período villanoviano, un lugar destacado en las confrontaciones militares. Arma aris
tocrática entre los etruscos, su presencia exigía un entrenamiento prolongado y unos
costos elevados, reservados sólo a las élites. Todas estas consideraciones pueden ex
traerse tanto del material militar hallado en las tumbas villanovianas como de la ico
nografía presente en determinadas cerámicas, sítulas, esculturas, placas de bronce, las
tras de terracota y piedra, estelas y pequeños objetos (marfiles, escarabeos y copas).
El armamento de época villanoviana
En las tumbas villanovianas han aparecido, aunque muy írregularmente reparti
das, tanto armas defensivas como ofensivas, en su mayoría de hierro. Los cascos lo
calizados, «de cresta», «de cimera», de «apéndice de botón», obedecen en su tipolo
gía a los utilizados en época Hallstatt. Las urnas cinerarias, en muchos casos, se ha
llan recubiertas con cascos elaborados en cerámica, imitando a los de bronce, antes
indicados. El área de Vulci ha deparado buenos ejemplares.
En cuanto a los escudos, de formas ovales, circulares e incluso cuadrangulares y
bilobulados (scuti bilobati, según G. Colonna), debe decirse que suelen ser bastante es
casos en las sepulturas villanovianas, con excepción tal vez de Veyes, en donde se han
hallado algunos restos de los mismos, fabricados en bronce, con cercos de hierro, de
corados y protegidos con un umbo central. Se puede afirmar, sin embargo, que casi
todos los escudos villanovianos los hicieron de madera recubierta de pieles o de cue
ro, razón por la cual han desaparecido en la mayoría de los casos. Para A. Minto, las
piedras discoidales o elípticas que recubrían las tumbas de incineración de Poggio della
Guardia serían representaciones simbólicas de escudos, con finalidad apotropaica.
Las tumbas villanovianas no han facilitado, que sepamos, corazas metálicas, pero sí
placas de bronce (Tarquinia, Veyes), destinadas al parecer a servir de protección al cora
zón (kardiophylaxj. Son de perímetro rectangular o elíptico (lados convexos y cóncavos)
y presentan sencilla decoración geométrica. G. De Marinis las ha dividido en dos clases
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