Page 174 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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otro,  que maneja un remo  de timón libre.  El hallazgo  de tal cerámica a orillas  del
        lago Bolsena hace pensar que se trata de una nave adecuada a la navegación lacustre
        o fluvial, no a la marítima.
           Podemos continuar con un plato caeretano, de finales del siglo viii o comienzos
        del vil  a.C.,  hallado,  sin  embargo,  en Roma.  Con  técnica  de  silueta presenta una
        nave con vela y nueve remos desde la cual un hombre, armado con una lanza, inten­
        ta golpear a un pez gigantesco. Ignoramos si se trata de una escena de género o repre­
        senta algún asunto mitológico.
           De la misma época, o quizá algo posterior (700-675 a.C.), es una oinochóe (hoy en
        la Universidad de Missouri) decorada en su franja central con una fila de cinco naves
        de velas desplegadas, probablemente de guerra, pues van provistas de rostra. Su esti­
        lo es geométrico y se ha atribuido al llamado Pittore delle Palme, que ambientó las na­
        ves entre peces y olas sinuosas. Del mismo pintor es otra oinochóe, también decorada
        con naves de casco redondo; una de las naves se halla con las velas recogidas. Estos
        tipos de barcos son idénticos a uno figurado en un vaso tardogeométrico de Ischia,
        que representa un naufragio.
           Le sigue la nave que  se labró  en una pyxís ebúrnea de estilo jonio, trabajada en
        Chiusi a finales del siglo vil a.C., y que se halló en la  Tomba deUa Pania de tal locali­
        dad. Dicha nave, de casco recurvo, velas plegadas y con popa de alta voluta, se halla
        tripulada por un timonel. Muy poco posteriores a esta importante pieza, hoy en Flo­
        rencia —y a la que se aludirá más adelante—, son otros dos vasos pintados con naves.
        Uno es una crátera, de Caere (hoy en el Louvre), con naves todas idénticas, de altas
        popas, branques casi verticales y espolón, alternadas con pájaros marinos. El otro es
        un ánfora proveniente de Vulci  (Tomba della Poüedrara),  cuya nave presenta figurado
        con todo detalle el timón, incluyendo su eje central y los dos remos laterales.
           Un tipo de nave larga aparece «graffitado» en un vaso osuario de Veyes, fechable
        hacia el 650 a.C. En tal imagen, considerada por R. Vighi como la más antigua repre­
        sentación de una nave etrusco-itálica, la nave tiene dos castillos a proa y a popa, un
        mástil con la vela recogida con sogas, fijadas a los castillos, y un espolón bajo la proa,
        sin duda, el rostrum.  Su tipología es un calco de la nave que aparece pintada en un
        vaso de Chipre, según afirmación de S. Paglieri.
           Una pyxís etrusco-corintia de Caere, hoy en el Museo del Louvre,  es otra pieza
        significativa. Fechada entre el 630 y el 620 a.C., se halla decorada con naves verdade­
        ramente fantásticas.  Una presenta la popa protegida con una gigantesca cabeza de
        pez, de la que sale una lanza y una especie de gran tienda que recubre a los guerre­
        ros, aunque son visibles el vigía, el timonel y seis remeros. La otra nave, con su vela
        recogida, tiene la proa en forma de un animal volátil, de cuyo cuello surge un espo­
        lón. La escena pudo inspirarse en episodios de la época, tal vez con motivo de algún
        enfrentamiento entre etruscos y griegos.
           Una excelente representación de las famosas pentecónteras se halla pintada sobre
        un dinos, firmado por Exekias, y conservado hoy en el Museo de Villa Giulia.
           También el celebérrimo  Vaso Frangois,  obra ática de Kritias y de Ergótimos, pero
        descubierto en Chiusi, y al que se aludió con anterioridad, presenta en su repertorio de­
        corativo la escena de una nave. Por otro lado, una hydria de figuras negras,  de Vulci
        (hoy en el British Museum), obra del Pittore di Micali, está decorada con un navio de
        guerra al ataque. Su proa se halla protegida con un espolón y en su cubierta aparecen
        arqueros y combatientes. Las imágenes hacen pensar en la existencia de un ejército
       profesional, dependiente de la comunidad urbana de Vulci.


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