Page 186 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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que  unas veces  blanden cabezas  cortadas,  en  otras  decapitan  a enemigos  e incluso
        matan a mujeres. Ello no quiere decir que los etruscos se comportaran con aquel gra­
        do de crueldad, sino que posiblemente desconocidas motivaciones ideológicas y cul­
        turales, con referentes míticos propios o helenos (Neoptólemo y Políxena, sacrificio
        de Ifigenia, cabeza de Orfeo, Hermes Psicopompo, Aulo Vibenna), harían que tales
        composiciones tuvieran difusión e incluso predilección en Etruria.
           Hay que aludir también a las escenas de mutilación (maschalismós) y de desmem­
        bramiento (sparagmós), presentes en algunas gemas y escarabeos, que hacen evocar al
        Penteo de las Bacantes euripideas, a Pélope y Tántalo, a Orfeo, o al mito de Dioniso
        hecho pedazos por los Titanes, más que llevar a argumentar prácticas reales.
           La Arqueología ha evidenciado algunas sepulturas presentes en el interior de las ciu­
        dades etruscas (Caere, Fidenes, Tarquinia, por ejemplo), que contravenían con ello las
        leyes, pues se supone que estaba prohibido enterrar a adultos en áreas urbanas.
           En el caso de Tarquinia, se halló en su área urbana la sepultura, fechable en el si­
        glo VIH a.C., de un individuo, probablemente no etrusco y  tal vez capturado en al­
        gún hecho de armas, muerto de muerte violenta tras haber sobrevivido a castigos cor­
        porales. Se trataría asimismo de una muerte ritual.
           Existen  otras  evidencias  plásticas  etruscas  susceptibles  de  ser  evaluadas  como
        muertes rituales, caso —por sintetizar— de las existentes en la decoración de un sar­
        cófago y dos urnas.
           El sarcófago, fechado hacia el 300 a.C., proveniente de Tuscania y hoy en Villa
        Giulia (Roma), presenta en su relieve frontal el entierro de dos personas vivas en pre­
        sencia de un altar en el cual se hallan el dios Laran y la diosa Turan. Dos personajes
        llevan piedras y un tercero acarrea maderos para señalar el lugar del enterramiento.
        Esta escena ha sido conectada por L. B. Van der Meer con el conocido episodio del
        entierro, a finales del siglo m a.C., de una pareja —hombre y mujer— de galos y de
        griegos vivos en el foro Boario de Roma, según recogió Tito Livio (XXII, 57).
           Dos urnas (una en Florencia y otra en Bruselas), que constituyen un unicum por
        el tema decorativo, figuran la muerte de un hombre imberbe, apuñalado por la espal­
        da. En la de Florencia la presencia de un sonador de aulós y el gesto del ejecutor ca­
        lifican la escena de muerte sacrificial,  argumento no tan claro en la de Bruselas, de
        mayor complejidad interpretativa. En todo caso, estas escenas no serían sintomáticas
        de prácticas  cotidianas.  Se podría estar en presencia de  un  célebre  acontecimiento
        histórico o mitológico nacional etrusco de hombres nobles ofrecidos como víctimas
        propiciatorias para salvar a la patria y que la memoria posterior no habría dudado en
        recordar en su iconografía.
           Otro hecho de muerte ritual puede seguirse en el relato de Calimaco (Fragm., 93
        Pfeiffer) acerca del sacrificio de Teodoto, el más fuerte de los liparenses, inmolado a
        Apolo en un oscuro episodio de la conquista etrusca de las islas Lípari en época tar-
        doarcaica. No han faltado estudiosos (A. J. Pfiffig) que han negado la historicidad
        de tal sacrificio;  otros  (M.  Pallottino) han visto  en él un acontecimiento  en fun­
        ción antietrusca por parte de la propaganda siracusana, propaganda que argumentó
        aquella muerte como ejemplo de la proverbial crueldad etrusca.









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