Page 233 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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C a p ítu lo  X

                       La vida cotidiana y lo trascendente


           A pesar de la mala imagen de los etruscos imperante entre griegos y romanos,
        no debe olvidarse que muchos aspectos de sus costumbres fueron parecidos al es­
        tilo de vida de aquéllos y otros pueblos mediterráneos, caso, por ejemplo, de todo
        lo concerniente a los juegos atléticos y a los cultos funerarios, No debe olvidarse
        tampoco que Roma tomaría de los etruscos las formas más antiguas de sus famo­
        sos ludí.
           Los  etruscos  supieron,  en  todo  caso,  elevar  a  la  categoría  de  lo  trascendente
        dos de sus formas cotidianas de vida: los juegos atléticos y las ceremonias funerarias.
        Y ello dentro del signo de lo sagrado, quizá el mayor elemento de cohesión social y
        política a lo largo del decurso histórico etrusco.



       Ju e g o s  at lé tic o s

           En el siglo vil a.C., los juegos adéticos fueron cosa común en Etruria, según sa­
        bemos  por  la  documentación  arqueológica  y por  algunas  referencias  literarias.  La
        fuente más  antigua que habla de unos juegos  en Etruria la constituye Heródoto
        (I,  167) al recordar cómo la Pitia de Delfos ordenó a los caeretanos realizar suntuo­
        sos sacrificios y juegos gimnásticos y ecuestres para expiar el lapidamiento con el que
        habían castigado a los derrotados focenses después de la batalla de Alalia.
           Sin embargo, Tito Livio  (I,  35),  que vivió cuatro  siglos después  de Heródoto,
        recogió una noticia sobre juegos etruscos todavía mucho más antigua, al comentar
        cómo Lucio Tarquinio Prisco, tras lograr la victoria sobre los latinos, empleó las ri­
        quezas  obtenidas  en celebrar unos juegos,  «más  espléndidos  que  los  organizados
       por sus antecesores». Asimismo, tal historiador recuerda que dicho rey trazó el re­
        cinto de lo que llegaría a ser en Roma el Circo Máximo, haciendo construir palcos,
        a los que se  dio el nombre de Foros,  para los senadores y los caballeros. Aquellos
       juegos consistían en carreras de caballos y en combates de atletas,  «etruscos en su
       mayor parte, unos y otros».
           Los juegos etruscos fueron, en líneas generales, muy parecidos a los griegos —los
       agones—, practicándose casi las mismas pruebas, de cuyas reglas y variantes nada
       sabemos.  No  obstante,  específicamente  etruscos  fueron  los juegos  de  la  Truia,  del
       Phersu, y el de las danzarinas con candelabro.


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