Page 237 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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En opinión de J.-P. Thuillier, la práctica del atletismo —salvo excepciones— no
hubo de ser cultivada por las clases dirigentes etruscas, ni siquiera por las medias. Los
componentes de dichas clases prefirieron siempre ser espectadores.
Variedad de premios
A los atletas o competidores victoriosos se les obsequiaba con trípodes hasta el si
glo vil a.C. Luego, según testimonian las lastras de Murlo, el premio consistiría en un
caldero de dos asas. Durante la etapa arcaica y clásica se recompensaría a los vence
dores con grandes boles de bronce, según puede verse en el ánfora del Pittore di
Micali, del British Museum, o en la Tomba degli Auguri. En un cipo funerario de
Chiusi aparecen, como premio, tres ánforas situadas entre los pies de los corredores
y en la Tomba del Gueniero diferentes tipos de vasos.
Hay que suponer que los premios no sólo se limitarían a esta categoría de obje
tos, sino que también pudieron haber sido de otro tipo, no recogido en las represen
taciones figuradas.
Los espectadores
Respecto a los espectadores debe indicarse que en muchas piezas ornamentales y
en determinadas pinturas funerarias aparecen contemplando las pruebas deportivas.
Se hallan sentados en gradas, generalmente de madera e incluso protegidas con cu
biertas en algunos casos, como puede observarse en la Tomba delle Bighe. Las pinturas
de esta tumba, fechadas en el 500 a.C. y atribuidas por F. Poulsen a un pintor griego,
reflejan, en realidad, el ambiente de una palestra helénica en la que participan nume
rosos atletas y corredores de bigas. Muy interesantes son las tribunas representadas,
provistas de bancos situados sobre estrados y ocupados por hombres y mujeres sen
tados según una jerarquía social. Lo que más llama la atención son las escenas eróti
cas (symplegma), protagonizadas por algunos espectadores, que tienen lugar al mismo
tiempo que se desarrollan los juegos.
La lucha y elpugilismo
El espacio disponible en la Tomba della Cuccumella no permitía celebrar pruebas
hípicas ni carreras, ni tampoco lanzamientos y saltos, pero sí la lucha y el pugilismo,
los dos deportes más practicados y de mayor éxito en el siglo vi a.C., en autorizada
opinión de J.-P. Thuillier, gran conocedor de los juegos etruscos.
Un vaso de bucchero sottile de Veyes (hoy extraviado) constituye un documento ex
cepcional para estas especialidades deportivas, no sólo por su antigüedad (siglo vil a.C.),
sino por llevar inciso dentro de una metopa un combate de boxeo, tema presente
también en una basa y en un ánfora de Chiusi. En la basa, hoy en Florencia, se ve a
un «auleta» y a tres pugilistas, totalmente desnudos y con un brazo en el aire, en ac
titud de danza. Igualmente, la hermosa sltula de Plikasna, del siglo vil a.C., localizada
en Chiusi —y a la que ya se aludió—, presenta como escena central un combate de
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