Page 242 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Otros deportes

                                                Poco  puede  decirse  de  los  deportes
                                             acuáticos  etruscos.  Conocemos  la  céle­
                                             bre escena del hombre que se zambulle
                                             en  posición vertical,  saltando  desde  un
                                             roquedo a las aguas, figurado en la  Tom­
                                             ba della Caccia e della Pesca de Tarquinia,
                                             obra  de  un  artista jonio  que  la plasmó
                                             hacia el 530 a.C. Asimismo, algunos pe­
                                             queños  bronces  representan  a  nada­
                                             dores.


                                             Los juegos gladiatorios

                                                Los  etruscos  no  eludieron  tampoco
                                             algunos juegos violentos, como la lucha
                                             de  hombres  contra  animales  salvajes  y
                                             de hombres  contra hombres,  que  luego
                                             tendrían su reflejo y continuidad en los
                                             juegos gladiatorios romanos, que fueron
                                             ante todo espectáculo cruento.
           Tal vez los mismos serían vistos, en un principio,  como sustitución de ances­
        trales  sacrificios  efectuados  en  el  sepulcro  del  difunto,  frente  a  él  o  en  sus  cer­
        canías,  si se  acepta la opinión de Tertuliano  (De Spect.,  XII, 2-3) y de  Servio  (Ad
        Aen., X,  519),  o como verdaderos juegos  funerarios  no sacrificiales  (officium mor­
        tuorum honore debitum).
           Curiosamente, ningún combate de gladiadores se ha atestiguado en Etruria para
        una época alta, ni tampoco las investigaciones históricas (G. Ville) han determinado
        que tales combates fueran de origen etrusco. El supuesto origen etrusco se ha mante­
        nido al aceptar determinada historiografía algunos pasajes de fuentes clásicas tardías
        —Nicolás Damasceno (Frag. 84 y en Athen., IV, 153 y ss.), Tertuliano (AdNat.,  1,10)
        e Isidoro de Sevilla (Orig., X, 247).
           Se sabe que las primeras  figuraciones  de gladiadores se  documentan  en monu­
        mentos oscos y samnitas, pueblos a los que se les puede atribuir la paternidad de ta­
        les combates, dado que de la guerra habían hecho su principal medio de subsistencia
        al enrolarse como mercenarios, primero en ejércitos etruscos y sicilio tas y luego ro­
        manos.
           Sin embargo, están documentados en Etruria a finales del siglo vi a.C. en diferen­
        tes pinturas  de algunas tumbas  (Tomba degli Auguri,  Tomba delle Olimpiadi,  Tomba del
        Cardinali), y en los relieves de diversas urnas.
           Por otro lado, los  combates gladiatorios,  que  se celebraron por primera vez
        en Roma en el año 264 a.C., con ocasión de los funerales organizados por el cón­
        sul  Décimo Junio  Bruto  y  sus  hermanos  en  honor  de  su  padre  Décimo Junio
        Pera (Tito Livio, Epit.,  16) —y en donde lucharon tres parejas de gladiadores en el
        Foro  Boario—,  acabarían por convertirse  en un  espectáculo público  a partir del
        año  105  a.C., bajo el consulado de P. Rutilio Rufo y C. Manlio.


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