Page 247 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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de sacrificar a los prisioneros de guerra y que en el 264 a.C. sería introducido en
Roma —como se dijo— por el cónsul Décimo Junio Bruto con motivo de los fune
rales de su padre.
J. Heurgon sostuvo hace años que no existieron stricto sensu representaciones
etruscas de tal género, y más tarde G. Ville negó que las luchas gladiatorias fueran de
origen etrusco, tesis mantenida en su día por el escritor tardío Nicolás Damasceno
(Fragm., 84).
Conectado con estos combates y, según algunos, el verdadero precedente de
ellos, aunque de impreciso origen y significado, estaba el Fhersu (hombre con másca
ra roja completada con una larga barba negra puntiaguda), que conocemos por ha
ber sido representado pictóricamente en algunas tumbas del siglo vi a.C., entre ellas,
las degli Auguri, delle Olimpiadi y del Pulcinella, todas en Tarquinia, y también en unas
cuantas ánforas y pequeños bronces.
Aquel espectáculo, salvaje a todas luces, consistía en la lucha entre un hombre en
mascarado —el Phersu—, que se ayudaba de un feroz perro al que estaba sujeto por un
largo lazo, contra otro hombre —quizá un prisionero condenado a muerte—, total
mente desnudo, pero con la cabeza tapada con un saco y armado con una maza. Ló
gicamente, si este último lograba matar al perro conseguía la victoria y con ello su li
bertad, teniendo a su disposición al hombre enmascarado, al Phersu. Lo usual, al pa
recer, era que el portador de la maza fuese irremediablemente destrozado por el
perro.
Con toda probabilidad este espectáculo habría sustituido a los primeros encuen
tros de tipo gladiatorio o a ritos funerarios más antiguos, en los que —si se trataba
El Phersu. Tomba degli Auguri. Tarquinia.
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