Page 248 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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tan sólo de principes o personajes importantes— se mataría a hombres, mujeres y ni
ños prisioneros para acompañar así al difunto al Más Allá. Para evitar este inútil de
rramamiento de sangre se idearía el ya comentado Phersu (el equivalente latino de tal
vocablo es persona, esto es, «máscara, «personaje teatral»), espectáculo que determina
ría quién habría de acompañar al difunto en su viaje al otro mundo.
Para D. Rebuffat Emmanuel (1997), el Phersu no era un combate, sino una cere
monia de tipo ritual, que tal autor conecta con el episodio de Heracles en el Hades
para capturar a Cerbero. En cambio, para Y. Bomati (1986), el Phersu, ligado a la
muerte, sería un demonio cruel, servidor de Dioniso, que ejecutaba un sacrificio hu
mano propiciatorio, gracias al cual los etruscos tenderían a familiarizarse con el cul
to dionisíaco.
Por su parte, para P. Blome (1986), tendría carácter ctónico en un contexto de prue
ba cruenta. La víctima —esclavo o prisionero de guerra— vendría a encamar todas las
impurezas colectivas y con su muerte la colectividad quedaría libre de ellas. En opinión
de J.-P. Thuillier (1990), el Phersu consistía en la verdadera ejecución de una persona, ata
cada en este caso por un mastín. Su fin era el derramamiento de sangre, una especie de
damnatio adbestias. Aduce tal autor el ejemplo recogido por Suetonio (Vomit., 10,13) al
recordar que bajo el emperador Domiciano un paterfamilias fue entregado a los perros
en la arena por haber osado criticar a los gladiadores favoritos del emperador.
J.-R. Jannot (1993) reconoció que en la figura del Phersu podían hallarse diversos
significados funcionales que iban desde el acróbata que se agita al mimo que provo
ca la risa remedando a los demás atletas, pasando por el danzador-mimo que repre
senta leyendas y mitos, todo en una asociación risa-muerte.
En cualquier caso, a falta de documentación escrita, las imágenes de la escena del
Phersu son susceptibles de dos lecturas diametralmente opuestas, según ha señalado
M. di Fozio (2001). Por un lado, sacrificio sanguinario; por otro, representación sim
bólica con —todo lo más— algún que otro rasguño para alguno de los figurantes. La
escena del Phersu, cuyo simbolismo último es muy difícil de averiguar, no tiene por
qué ser interpretada bajo un planteamiento cruento.
Cabe señalar, además, que dentro del «juego» del Phersu se conocieron modalida
des o variantes, según puede deducirse de los Phersu de la Tomba degli Auguri, antes ci
tada. En la pared derecha de tal tumba aparece el Phersu con máscara y con el perro
que alcanza las piernas de un hombre ya herido, cubierta su cabeza con un saco y ar
mado con una clava. Sin embargo, en la pared izquierda se observa a otro Phersu con
máscara barbada y el rostro vuelto a su izquierda, con el sexo al descubierto y en ac
titud de ir corriendo, tal vez en fuga.
En el primer caso tenemos a un Phersu vencedor, en el segundo a otro huyendo.
¿Cuál es la razón? ¿Uno victorioso y otro derrotado?
Igualmente, hay que reseñar que el Phersu de la Tomba del Pulcinella aparece solo,
en actitud de danza, con máscara barbada y el típico gorro puntiagudo (tutulus).
Todas estas variantes complican la interpretación del significado último del Phersu.
c) Danzas y bailes
Entre aquellos espectáculos funerarios también solían ejecutarse diferentes dan
zas, a cargo de bailarines profesionales, disfrazados o no, según conviniera, de Sile-
nos y Ménades y simulando el rapto de éstas por aquéllos, o bien de guerreros arma
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