Page 250 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 250

Sin embargo, la más completa imagen de tal ritual apareció fuera del ámbito etrus­
        co, en concreto, en las pinturas de la Tomba delle Danzatrici, de finales del siglo v a.C., de
        Ruvo di Puglia (en la Apulia), hoy en parte conservadas en Nápoles. En ellas apare­
        cen 54 mujeres danzantes dirigidas por dos geranoulkoi', que marcaban, cuando con­
        venía, la inversión de la dirección del movimiento rítmico, al son de dos sonadores
         de lira (sólo se ha conservado uno de ellos). De acuerdo con los expertos (G. Gada-
        leta), el significado funerario y religioso del géranos es evidente, tanto más cuanto que
        recordaba la propia y compleja danza circular tenida por Teseo a su regreso a Délos,
         después de haber salvado a las víctimas destinadas al Minotauro.
            En cualquier caso, los repetidos cambios de dirección de la larga fila femenina,
        posibilitados por la unión de las manos de modo alternado, aludían inequívocamen­
        te al recorrido  de la salida del Laberinto, pero también a la fatal sucesión del naci­
        miento, muerte y resurrección de las creencias pitagóricas.



        El v ia je a l  M ás A llá
            Infinidad de piezas arqueológicas y pinturas representan el viaje de la supuesta se­
        gunda alma (hinthial) al Más Allá, lugar al que se accedía, a veces, a lomos de caballo.
        Este animal fue considerado un ser psicopompo, esto es, «portador de almas», como
        ha señalado J.  M. Blázquez en un completo estudio alusivo a los caballos en el In­
        fierno etrusco. Otras veces se arribaba simplemente andando y, en determinadas oca­
        siones,  mediante  diferentes  tipos  de  carruaje  (bigas,  cuadrigas,  carpentum)  o  barcas
        (caso de las navecillas funerarias de la Tomba delle Tre Navicelle de Vetulonia) e incluso
        cabalgando sobre animales fantásticos, caso del hipocampo, como puede verse en al­
        gunas ánforas de figuras negras y en algunas tumbas de Tarquinia (Tomba dei Tori, Tom­
        ba del Barone).
            Los más antiguos documentos que relacionan el caballo con la vida de la Ultra­
        tumba,  según J.  M.  Blázquez, los constituyen una serie de carritos  de terracota (de
        Fontecucchiaia, de Orvieto), y restos de carros localizados en algunas tumbas (Capo-
        dimonte, Pitigliano).
            El tema se halla ampliamente representado en Etruria, figurado  sobre todo du­
        rante la etapa arcaica en algunos cipos de Chiusi y en numerosas estelas de Felsina
        (estudiadas, entre otros, por P. Ducati). Es imposible recoger aquí la cincuentena lar­
        ga  de  estelas,  todas  felsineas,  que  representan  a  difuntos  encaminándose  al Hades
        montados en carros. Bastará, como ejemplo, citar la famosa Pietra Zannoni,  de fina­
        les del siglo vi a.C., que muestra a un hombre en un carro, tirado por dos caballos,
        y precedido por un demonio psicopompo, en su viaje al Más Allá.
            No faltan estelas en las  que aparecen serpientes y también perros,  que siguen a
        los carros. La presencia de este último animal indica que los etruscos creyeron que los
        mismos acompañarían a sus dueños en el Más Allá, en donde seguirían prestándoles
        compañía, creencia también aceptada por griegos y romanos.
            La pyxís de marfil de estilo orientalizante de la Tomba della Pania, en Chiusi, que
        ya conocemos, ilustra también la partida de un guerrero sobre su carro, seguido de
        sus hoplitas en clara alusión funeraria.
            Semejante temática se puede observar en una bellísima urna de plata de Vetulo­
        nia,  de  la  Tomba del Principe y en  numerosas  urnas  volterranas.  De  acuerdo  con
        P.  Moscati, existen algo más de 50 urnas, todas ellas labradas en Volterra,  que reco­


        256
   245   246   247   248   249   250   251   252   253   254   255