Page 254 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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También fueron capaces de establecer regadíos a media y larga distancia, siendo
        su  obra más  espectacular el  canal  subterráneo,  de  1.350  m  de  longitud,  verdadero
        emisario del lago Albano, que ubicaron en las cercanías del actual Castel Gandolfo.
        Las obras del mismo, junto a aquel lago —por lo demás sujeto de un prodigio en re­
        lación con la captura de Veyes, relatado por varios autores, entre ellos, Tito Livio
        (V,  15) y Cicerón (De div., I, 44)—, hubieron de durar un largo año de duros traba­
        jos, debiéndose abrir más de 60 pozos verticales de aireación para facilitar la excava­
        ción a los trabajadores. Creído obra etrusca, no han faltado autores (G. Baffioni) que
        piensan que su construcción fue romana y que su realización sería coetánea al asedio
        de Veyes.
            Con inteligencia y trabajo los etruscos fueron capaces, pues, de recuperar para la
        agricultura grandes áreas de terreno —sobre todo en la Etruria meridional (Caere y
        Veyes)— desecándolas adecuadamente mediante un sistema de pozos y canales sub­
        terráneos (llamados cuniculi por los romanos), que permitían eliminar las aguas acu­
        muladas en las capas superficiales de toba y convertirlas en tierras fértiles, producien­
        do con ello excelentes cultivos de regadío y de secano, llegando así a hacer prover­
        bial la feracidad de Etruria.
           Varios autores latinos, entre ellos, Varrón, Tito Livio y Plinio el Joven —según la
        relación  de  fuentes  literarias  realizadas  por P.  Moscati—,  hablan  de  los  opulentos
        campos de Etruria y de la riqueza de las llanuras etruscas «fecundas en trigo, ganado
        y en  todo».  No  obstante  esta generalización,  hubo  sustanciales  diferencias  entre  la
        Etruria marítima y la Etruria interior, pero  en líneas generales el país  se caracterizó
        por la fertilidad y el buen rendimiento de sus tierras.



        La propiedad de los campos

            Tinia,  en cuanto protector y garante de la propiedad privada, había enseñado el
        arte de la agrimensura, pero también dictado unas leyes que fueron recogidas en los
        libros de la ninfa Vegoia, y que se incluirían en la recopilación del Corpus de los Agri­
        mensores en su redacción de finales del siglo i a.C., en un momento de reformas agra­
        rias y redistribución de  tierras.  Uno  de  sus fragmentos,  que ha llegado  afortunada­
        mente a nuestros días (H. Lachmann, J. Heurgon), relativo a la propiedad de los cam­
        pos, dice así:

                   Has de saber que el mar ha sido separado del cielo. Así, cuando Júpiter [Tinia]
                hubo reivindicado la tierra de Etruria,  estableció y ordenó  que  las llanuras  fueran
                medidas y los campos delimitados.  Conociendo la avaricia humana y las pasiones
                que excita la tierra, quiso que todo estuviera definido mediante límites. Estos lími­
                tes, si alguien algún día, movido por la avaricia del siglo vin, despreciara los bienes
                que le han sido concedidos y codiciara los ajenos, serán, mediante maniobras dolo­
                sas, violados o desplazados. Pero  aquel que los haya tocado o desplazado para ex­
                tender sus propiedades y disminuir las de otro, será, por este crimen, condenado por
                los  dioses.  Si son esclavos,  caerán  en una servidumbre  aún peor.  Pero  si existe la
                complicidad del amo, muy pronto la casa de éste será extirpada y su raza perecerá
                entera. Los que hayan desplazado los límites serán alcanzados por las peores enfer­
                medades y las peores heridas y se verán afligidos en sus miembros debilitados. Des­
                pués la tierra será sacudida por frecuentes  tempestades y torbellinos  que la harán
                tambalearse.  Las  cosechas  se perderán y serán  aplastadas  por lluvias y granizo,  se


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