Page 246 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Los juegosfunerarios
Como epílogo de los funerales, se celebraban juegos variados y espectáculos, se
gún se acaba de decir, costeados por la familia del difunto, y en los que solían parti
cipar atletas asalariados e histriones.
Los dos personajes de la Tomba degli Auguri, figurados en el acto de efectuar un
gesto de saludo y de lamentación en dirección a la falsa puerta pintada en la pared
(¿la Puerta de los Infiernos?), se hallan calificados en sendas inscripciones como apas
tanasar (TLE, 82) y tanasar (TLE, 83), respectivamente. Tales conceptos equivalen, se
gún algunos especialistas, a «histriones de la cosa fúnebre», lo que indica —en el su
puesto de que sea así— que eran personas que actuaban a sueldo. De ello se infiere
que algún motivo, conectado con el éthos aristocrático, impediría a los familiares del
difunto participar en actos, gestos o juegos considerados inapropiados para las fami
lias de rango social elevado. Sin embargo, sí podían tomar parte en los banquetes fu
nerarios, que se hacían extensivos a la totalidad de los familiares.
Elegido un lugar apropiado, en él se celebraban los juegos atléticos antes descri
tos: carreras de bigas, trigas y cuadrigas, así como competiciones atléticas de diferen
tes especialidades y algunos juegos de raigambre puramente local, caso de la Truia,
del Phersu y de algunas danzas específicas.
a) La Truia
Gran interés hubieron de alcanzar las carreras de caballos en laberínticas pistas.
Una de éstas, citada por el poeta Virgilio (Eneida, V, 545 y ss.), fue la Truia (en latín,
lusus Troiae), consistente en la competición de dos jinetes armados, y acompañados
por soldados de infantería, que debían recorrer un trayecto en forma de laberinto.
Una oinochóe de Tragliatella, pieza ya citada con anterioridad, fechable a finales del si
glo vil a.C., testimonia el origen etrusco del indicado juego.
Aunque este origen fue discutido por K. W. Weeber, quien basándose en la inscrip
ción Truia lo conectaba con la Troya asiática, la mayoría de especialistas lo aceptan
como totalmente etrusco. Por su parte, A. Alfóldi lo conecta con la creación de la ca
ballería romana por los dinastas etruscos establecidos en Roma. Tal autor ve en la pre
citada oinochoe el documento más antiguo que testimonia la creencia de los etruscos en
su origen troyano. Para G. Capdeville, el nombre Truia designaría la parada militar y el
lugar (o sólo el lugar) donde se desarrollaba la misma, en atención a que tal vocablo
puede derivar o conectarse con truare, antruare, amptruare y redamptruare, términos para
describir, en el ritual de los salios, el movimiento de la danza (Festo, 334, 19 L).
El juego de la Truia sería practicado en el mundo romano durante buena parte
del siglo i a.C. por jóvenes de familias nobles. Se celebró con Sila y repetidamente
con César y Agusto con motivo de diferentes circunstancias (presentación de jóvenes
guerreros, entierros, ludi saeculares, fundación de ciudades).
b) El Phersu
Otro de los espectáculos de carácter funerario —y en verdad sangriento— fue el
combate de gladiadores, al que ya se hizo referencia, que finalizaba con la muerte de
uno de los contendientes, espectáculo que renovaba la antigua y bárbara costumbre
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