Page 269 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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cantil —tanto de fondo puntiagudo como plano— había motivado la creación de
hornos de mayores dimensiones, los cuales trabajaban industrialmente, elaboran
do cerámicas para la exportación de los productos agrícolas que controlaba la aris
tocracia terrateniente.
Hilanderías y tenerías
A mayor distancia, por hallarse prácticamente todas en ámbitos domésticos, esta
ban las hilanderías. Ejemplo de sus actividades son el huso de bronce de la Tumba 22
de Melenzani, las canillas de impasto de Poggio Selciatello (Tarquinia) y las del Cas-
sale del Foso (Veyes).
Lo mismo cabe decir de las tejedurías, para cuyo conocimiento se dispone del
trono lígneo de Verucchio, un componente funerario de la tumba 89 de la necrópolis
de Podere Lippi, y que perteneció a un personaje de elevado rango, y del famoso tin-
tinabulum de la Tomba degli Ori, de la tumba 5 de la necrópolis del Arsenal de Bolo
nia, así como de numerosas fúsayolas y pesas de telar halladas en distintas tumbas.
Al haberse fabricado las ruecas y los husos, en su mayoría, de madera, el carácter pe
recedero de tal materia ha motivado casi su desaparición, habiéndose perdido por
ello una preciosa fuente de información.
Un edificio del siglo v a.C., de las cercanías de Mantua, ha facilitado, a partir
de las diversas pesas de telar halladas en un amplio aposento, datos de lo que
pudo haber sido un taller de confección de tejidos. Igual cabe decir de otro edifi
cio de la Accesa (Massa Marittima), en el que se descubrieron unas 60 pesas de
telar.
El espaldar del trono de Verucchio, al que ya se aludió, obra de la mitad del si
glo vil a.C., recoge en su parte interna varios registros temáticos, entre ellos, el ciclo
completo de la elaboración de la lana, desde el esquileo de los animales, efectuado por
siervas, hasta el proceso del hilado y confección del tejido. Asimismo, en las dos caras
del tintinabulum broncíneo de la necrópolis del Arsenal de Bolonia, del año 600 a.C.,
se representa el proceso de los tejidos, manipulados por mujeres. Puede verse el carda
do y bobinado de la lana sobre meca, el hilado con husos, la preparación de los hilos
del tejido y, finalmente, la confección de una pieza de ropa en un telar de estructura
vertical.
Apropiadas cistas o cubos (a modo del talaros griego) servían para contener los hi
los, caso del cubo de lámina de plata (16,50 cm de altura) de la Tomba Castellani de Pre
neste (hoy en los Museos Capitolinos de Roma) o de la sítula de plata de la Tomba
Regolini-Gcúassi de Caere.
Muy poco sabemos de las tenerías, en donde se manipulaban los cueros, aunque
se sabe que exportaron calzado a todos los pueblos ribereños del Mediterráneo.
Conectado con estas actividades hay que hacer alusión al alumbre, un sulfato do
ble de potasio y aluminio hidratado, abundante en el Campligiese, que los etruscos
emplearon como mordiente en tintorería para fijar la coloración de los tejidos, así
como en la industria del cuero (calzado y guarnicionería). También, aunque ya al fi
nal de su historia, los etruscos se interesaron por el molusco murex, del cual se obte
nía la preciadísima púrpura, que tantos beneficios económicos había reportado a los
fenicios.
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