Page 389 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Culm y Vetis
Otras dos divinidades conectadas con el mundo infernal fueron Culsu, ya citada
anteriormente, y Vetis,
La primera, Culsu o Culs —a veces confundida con Vanth—, fue considerada la
titular de las puertas, al igual que su contrapunto masculino Culsans, y también una
de las diosas de la muerte, dotada de alas. Su nombre aparece registrado en la inscrip
ción que porta Laris Pulenas en su sarcófago (TLE, 131), y también en el sarcófago de
Hasti Afunei, antes citado, en el que puede verse su iconografía. La inscripción de una
pátera de Adria (TLE, 938) porta la dedicatoria de un tal Sminthi a la divinidad Culs
Nutera. Entre los hititas se conoció una diosa con idéntico nombre, titular de la Ul
tratumba.
El Hígado de Piacenza recoge en el borde de la pars hostilis el nombre de Cvlalp,
que podría ser interpretado como Cvl[su] A1p[an], esto es, «Culsu, [hija] de Alpan»,
y no como Cul[sans] Alp[an], tal como se propuso a la hora de hablar del dios
Culsans, con quien mantiene, como mínimo, una clara relación lingüística.
Por otro lado, un dios con connotaciones infernales y Señor de la noche fue Vetisl
(forma genitiva de Vetis). Su nombre figura en la pars hostilis del Hígado de Piacenza,
junto al de Cvlalp. Quizá debe ser identificado con el Veiovis latino, titular que fue de
los marjales, pero ocupando un lugar en las puertas del mundo de los muertos.
L o s d o s g r a n d e s d e l A v e r n o e t r u s c o
Más importantes y sorprendentes que estos últimos fueron Charu(n) y Tucbulca, sin
lugar a dudas los más hombles seres del Averno etrusco, que merecen párrafos aparte.
Charu(n)
Esta criatura, que nada tenía que ver, salvo en el parecido onomástico, con el Ca-
ronte griego, fue muy representada en sarcófagos, vasos cerámicos y pinturas de sig
nificado funerario (Tomba del Orco I, Tomba Frangois, Tomba dei Caronti, Tomba del
Cardinale —aquí con un total de 18 veces—, Tomba Querciola II).
Su instrumento típico, y el que define su iconografía, es el enorme martillo que
enarbola en una mano (stámnoi de San Petersburgo y de Berlín), con el que, para
unos estudiosos, debía asestar el golpe definitivo al difunto, y para otros, hincaría el
clavo del destino de una persona (uno por año), contabilizando la duración de su vida.
En la otra mano portaba serpientes. A veces, aparece con una llave, símbolo de su atri
buto como Portero del Infierno o como Señor de la puerta de la tumba.
Gracias a sus alas (Tomba del Orco I j algunas estelas sepulcrales de Bolonia) podía
cruzar velozmente las tinieblas, acudiendo a donde el demonio femenino Vanth le in
dicase. Sin embargo, lo común fue representarlo de forma áptera. El rostro de Charu(n)
es inconfundible: nariz ganchuda, pequeña e hirsuta barba, cabellos revueltos y ore
jas de animal, con desmesurada boca a veces significada con dos puntiagudos colmi
llos en lugar de caninos (máscara demoníaca de Orvieto, vaso plástico de Múnich).
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