Page 385 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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ra, emparentada con Menrva. Tal vez su estrecho contacto con esta diosa explicaría
el porqué Menrva no fue consignada en el Hígado.
Otras diosas
Otras diosas fueron Tbanr —citada antes—, titular del nacimiento y conectada
también en algunos aspectos con el mundo infernal y con la muerte, conocida ico
nográficamente por algunos espejos y, desde el punto de vista epigráfico, por una es
tatuilla de bronce del siglo rv a.C. (hoy en el British Museum) que representa a un
joven desnudo. La pieza, proveniente quizá de Sarteano, tiene en su base una inscrip
ción en la que aparece el nombre de tal diosa, asociado al de Turan y al de Selvans
(TLE, 504).
La diosa Thanr, que intervenía en los momentos del nacimiento y de la muerte
de una persona —«en los dos extremos de la vida», según D. F. Maras—, y, por lo
tanto, susceptible de poseer una doble naturaleza, se halla citada también en tres de
los grandes textos religiosos etruscos (T’.gula de Capua, Lámina lenticular de Magliano y
Cipo de San Valentino, éste en la zona de Perugia), además de en otros pequeños tex
tos de carácter votivo (plato de Spina, estatuilla del Vaticano).
A tal divinidad le sigue en interés la diosa Mlach, titular de la Ultratumba, reseña
da, asimismo, al comienzo de la Lámina lenticular de Magliano, en la inscripción de
un aiyballos etrusco-corintio de Marsiliana d’Albegna, en donde aparece junto al
nombre de Vanth, y en otras inscripciones vasculares. Mlach (citada anteriormente
con la grafía Mlacuch) aparece también en la escena de un espejo del British Museum,
en la que se halla luchando, para evitar ser raptada, con Herecele, composición acor
de con el mito de la diosa que sufrió violencia por parte del héroe Hércules.
Otras diosas que se pueden citar son
Leinth, quizá la propia Muerte, conocida
tanto bajo forma femenina como mascu
lina; Nathum, asociada a la venganza, sin
duda versión etrusca de la Furia; y Tivr,
la luna.
Por su parte Athrpa, citada hace
poco, fue la diosa o —más exactamen
te— la Parca del Destino, correspon
diente a la griega Atropo, que hincaba el
clavo anual; Mean equivalía a la Victo
ria; y Aisera fue relacionada con princi
pios ctónicos. Ethavsva, Lusl y Tecvm
fueron otras tantas diosas de oscuro sig
nificado. Ethavsva es conocida por los
espejos (uno de Palestrina, hoy en Lon
dres), en donde se halla asociada a esce
nas de nacimiento. De ella ha llegado
un epígrafe de carácter erótico sobre
una kylix de Narce (TLE, 29), si bien con
la grafía de Ithavusva. Para H. Rix, a
quien sigue M. Cristofani, el nombre de
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