Page 437 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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de  A.  Prosdocimi  y  M.  Pandolfini)  y  silabarios.  En  concreto,  cerca  de  una  cin­
         cuentena, según registra el  Thesaurus Linguae Etruscae.
            Debe subrayarse, como ha observado justamente M. Lejeune, que tales abeceda­
         rios, asociados a creencias populares, tuvieron algo de aura mágica o, si se quiere, de
        virtud apotropaica, conclusión deducida del hecho de que la mayoría de los mismos
         se ha localizado en contextos funerarios. No han faltado quienes han señalado que
         el conocimiento y la práctica de  la escritura fue  un elemento  de  distinción  social,
         queriéndolo resaltar incluso en sus ajuares funerarios, al hacerse enterrar con mode­
         los de alfabetos o alfabetarios (G. Sassatelli).


        Los más importantes alfabetos

            Entre ellos son de interés, en primer lugar, el grabado sobre el borde de una pe­
         queña tablilla de marfil (8,80 X 5,10 cm) o tabula cerata, hallada en  1915 en la Tomba
        degli Avori de Marsiliana d’Albegna, realizado hacia el año 700 a.C., o muy poco des­
        pués, con 26 letras, y hoy atesorado en el Museo Arqueológico de Florencia. Tal al­
        fabeto, con letras de la serie euboica y corintia más un signo propio, verdadero ejem­
        plar de lujo, está considerado como «modelo», aun cuando algunas de sus letras nun­
         ca llegaron a usarse en la práctica.
            Debe señalarse que, junto a la tablilla escritoria, se hallaron también un estilo de
        bronce con mango de marfil y dos espátulas del mismo material. Como se ve, todos
        los instrumentos necesarios para la escritura.
            Le sigue el que se grabó entre los años 700 y 600 a.C. sobre la panza de un reci­
        piente  de  cerámica  de  bucchero  (10,30  cm  de  altura),  modelado  en  forma  de  gallo
        (CIE, 10494), considerado por A. Neppi Modona y M. Torelli como tintero. Fue des­
        cubierto también en otra tumba (¿en Viterbo?) y hoy es propiedad del Metropolitan
        Museum of Art de Nueva York.
            Asimismo, en una tumba, cercana a la famosa TombaRegolini-Galassi de Caere, se
        halló un vasito de bucchero de 16,40 cm de altura (hoy en el Museo Gregoriano Etrus-





























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