Page 435 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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de etruscos, umbros y latinos. Determinados filólogos han considerado este método
como un aspecto o desarrollo del método combinatorio, entendido éste en su sentido
amplio. Así, H. Rix distingue entre un «método combinatorio contextual» y otro «es
tructural». Por su parte, A. J. Pfiffig alude al «método combinatorio complejo», en el
que, junto a elementos epigráficos y filológicos, deben consignarse también los fac
tores arqueológicos e históricos.
A partir de los estudios de H. Rix (1971), teniendo como referencia el esquema
estructuralista de L. Hjemlev, se ha podido hablar de un cuarto método de estudio,
el estructuralista, que ya fue insinuado por tal estudioso en otros trabajos previos refe
rentes al «combinatorismo estructural». Aunque determinados elementos alusivos a
la descripción externa convienen con este método, sin embargo, las fórmulas estruc-
turalistas aplicadas no han ayudado en absoluto al conocimiento del significado de
las palabras y textos etruscos.
De todos modos, la clave para descifrar el etrusco, que pareció lograrse en 1964
con el descubrimiento de las célebres láminas de oro de Pyrgi, todavía no ha sido
hallada, a pesar de conocerse el sentido general de cada uno de los textos.
El a lf a b e t o e t r u s c o . Su i n t r o d u c c i ó n
Existen cuatro teorías acerca de cuándo los etruscos adoptaron el alfabeto. De
acuerdo con A. Kirchhof, A. Minto y L. Pareti, el alfabeto fue tomado, a finales del
siglo viii a.C., directamente de Cumas, colonia calcidia establecida en Italia. Esta teo
ría cuenta en su apoyo con una inscripción, hallada en una necrópolis de Ischia, in
cisa sobre un skyphos y fechable a finales del siglo viii a.C., conocida como la Copa
de Néstor.
Para A. Grenier los etruscos lo tomarían antes del 750 a.C., fecha de la fundación
de Cumas, y se basa en que el alfabeto etrusco posee la letra sigma de los occidenta
les y la sade de los orientales, además de otros signos que repiten fonemas idénticos
y que no se suprimieron. Esta teoría ha sido aceptada por A. Neppi Modona y D. Di-
ringer. Para este último, el alfabeto de Marsiliana d’Albegna copiaría uno de carácter
griego situable en el siglo x a.C.
Una tercera teoría la aventuró M. Lejeune, el cual, apoyándose en la Estela de
Lemnos, aceptó la posibilidad de que el alfabeto se adoptara en el siglo vn a.C., ha
bida cuenta del origen egeo —según dicho autor— de los etruscos y los contactos
mantenidos entre Etruria y el ámbito egeo.
Una última teoría, hoy descartada, aventuró que los etruscos tomarían el alfabe
to directamente de los fenicios.
De todos modos, es imposible señalar el momento exacto de la introducción del
alfabeto en Etruria y el lugar exacto de dónde se tomó. Parece aceptado el hecho de
que el alfabeto primordial —según A. Hus— se tomaría de Cumas por parte de los
caeretanos. A partir, pues, de Caere, de acuerdo con las vías comerciales y los intere
ses culturales, cada región etrusca habría tomado de otras fuentes, quizá corintias o
sicilianas, los elementos que considerara necesarios para su específico alfabeto. De
esta manera se explicarían, desde el siglo vil a.C. en adelante, las diferencias y varian
tes locales de los alfabetos etruscos. Luego, a partir del siglo vi a.C., la escritura se di
fundiría por toda Etruria, Campania y norte de Italia.
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